sábado, 25 de junio de 2011

Palco de Prensa: El “bullying”

Por Gilberto Lavenant
Se ha convertido en un serio problema social. Algo similar a un problema de salud, que afecta a pobres y ricos. Y todo mundo desconcertado, no encuentran la solución, por más que se “quiebran la cabeza”.
Le llaman el “bullying”. En español se le conoce como el acoso u hostigamiento escolar. Agresiones de todo tipo, de estudiantes contra estudiantes. Abusos de los más grandes, contra los más pequeños, de los más dinamicos e inquietos, contra los tranquilos y faltos de carácter.



En Wilkipedia, la llamada enciclopedia libre, describen a este fenómeno como cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico, producido o realizado entre escolares, de forma reiterada, a lo largo de un tiempo determinado.



Se indica que estadísticamente, el tipo de violencia dominante, es el emocional, y se dá mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar, básicamente, suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia, de 12 a 13 años, siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas. Aunque también se da a más temprana edad.

También se dice, que el acoso escolar, es una forma característica y extrema de violencia escolar. Una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor somete a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.

Se explica que este tipo de violencia escolar, se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte, ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente.

El sujeto maltratado queda, así, indica Wilkipedia, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas. Es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana.

Se advierte que en algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio, e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.

Este problema, podría decirse así, no es nuevo. Pero ha hecho crisis, porque se ha convertido en una “moda”, que todo mundo observa con desconcierto y pocos lo han atendido o combatido. Podría decirse que en el ámbito escolar, se refleja lo que pasa en la sociedad en general.

El “bullying”, es el reflejo de falta de autoridad, tanto en la casa, como en los planteles escolares. Los padres ven como normales las “inquietudes” de sus hijos. Las autoridades educativas, piensan que su autoridad solo se dá dentro del aula. Que fuera de esta, cada estudiante debe rascarse con su propias uñas.

Igual que como pasa en la sociedad en general, expuesta a los riesgos de enfrentarse a criminales grandes o pequeños, de los que cometen delitos de alto impacto, lo mismo que delitos del orden común. Todo, ante autoridades negligentes e insensibles. Tolerantes, pasivas, ausentes.

La impunidad surge y se fortalece, precisamente como consecuencia de falta de autoridad. Instituciones de gobierno, con facultades y recursos, que no ejercen, o que los ejercen de manera indebida y que muchas de las veces entran en complicidades.

De igual manera ocurre en el ámbito escolar. Planteles con más de mil estudiantes, quizás más de dos mil, y apenas si tienen uno o dos elementos dedicados a controlar la disciplina escolar. Es absurdo y aberrante que al interior de las escuelas, se tolera todo tipo de libertinaje. Podría decirse que el “bullying”, es de las cosas menos graves, aunque ahora llama la atención de propios y extraños.

Y no solo las autoridades de cada plantel, son responsables de esto. También lo son las autoridades superiores, que no asignan plazas para contratar mayor número de personas para atender la disciplina escolar, porque pareciera estar fuera de la tarea educativa.

Se olvidan, que parte importante de la labor educativa, es formativa. Los maestros son auxiliares fundamentales de los padres de familia para formar no solo recursos humanos productivos, económicamente hablando, sino positivos, coadyuvantes de la armonía y convivencia social.

De muy poco sirve preparar jóvenes con amplios conocimientos, si se trata de individuos groseros, violentos, sin valores.

Las soluciones a este tipo de problemas, no están precisamente fuera de las escuelas, sino dentro de estas. Es preciso reflexionar y que cada quien asuma sus propias responsabilidades. Que se entienda que todo lo que pase al interior de los límites de las instalaciones escolares, dentro o fuera de las aulas, es responsabilidad de maestros y autoridades de cada plantel.

Igual que pasa en la sociedad en general. Las condiciones económicas y sociales propician el surgimiento de nuevos delincuentes y las autoridades no actúan como tales para combatirlos, no solo a base de castigos, sino aportando mejores condiciones de vida, mayores oportunidades, de estudio, de trabajo, de desarrollo y realización personal, profesional y laboral.



gil_lavenants@hotmail.com

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