Los mercados de valores se hunden, los mercados de crédito se mantienen congelados, y algunos funcionarios extranjeros pronostican que Estados Unidos perderá su estatus de superpotencia financiera. Y sin embargo el dólar --el símbolo más visible del poderío financiero estadounidense-- está floreciendo.
La semana pasada, el dólar subió a su mejor nivel en más de un año frente al euro, el dólar canadiense y varias otras divisas. Subió incluso después de que el plan de rescate de la administración Bush fue rechazado inicialmente en el Congreso y también luego del terrible reporte sobre empleo del viernes.
El ascenso del dólar parece contraintuitivo. Crisis financieras previas -- en Asia, Rusia y México-- devastaron a las monedas locales, al tiempo que los inversionistas extranjeros salieron en estampida. El baht tailandés, el rublo ruso y el peso mexicano fueron barómetros confiables de la confianza de los extranjeros en esos mercados emergentes. Cuando la confianza se derrumbó, sus paridades cambiarias también.
Pero el dólar no se parece a ninguna otra moneda. Como la divisa de reserva de facto del mundo, se beneficia de un tumulto global, aunque se origine en Estados Unidos.
"Es irónico, considerando que acabamos meter la pata en grande; la respuesta de los extranjeros es bañarnos de dinero", indicó Kenneth S. Rogoff, profesor de economía de Harvard. "No están seguros de a donde más ir".
El 17 de septiembre, cuando el colapso de Lehman Bros. estremeció mercados de valores de todo el mundo, los inversionistas extranjeros se apresuraron a comprar certificados del Tesoro, empujando su rendimiento a casi cero. Esto reflejó el hecho de que los inversionistas se estaban refugiando en parvadas en la seguridad del gobierno estadounidense, a pesar de que eso significara que sus inversiones perderían dinero al ajustarse a la inflación.
De hecho, el atractivo de Estados Unidos refleja la falta de mejores opciones. Se ha hablado mucho en los últimos años del ascenso del euro como rival del dólar. Pero Europa difícilmente parece una apuesta segura en estos momentos, con su propia crisis haciendo metástasis.
Y a diferencia de los estadounidenses, los europeos no han delineado una respuesta coordinada a los problemas financieros, a pesar de la reunión de algunos de sus líderes el fin de semana, convocados por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.
Los bancos de Japón son mucho más estables que los de Estados Unidos y Europa, lo cual ha provocado que el yen sea la única divisa que ha subido frente al dólar en las últimas semanas. Pero Japón, y Asia en su conjunto, se está debilitando junto con la economía global.
"Es como si el mundo estuviera lleno de gente enferma", señaló Ashraf Laidi, analista de divisas de la firmaf CMC Markets. "Estados Unidos fue el primero en ingresar al hospital, y fue a cuidados intensivos. Pero entonces otras naciones empezaron a sentir escalofrío, y ahora están ingresando al hospital".
Los operadores de divisas, señaló Laidi, están apostando a que, como Estados Unidos fue el primero en caer, será el primero en recuperarse. Esa percepción ha cobrado fuerza ante los crecientes problemas en Europa, donde más bancos están cayendo todos los días y Alemania e Irlanda han garantizado todos los depósitos en un esfuerzo por impedir los retiros de dinero masivos de las instituciones.
Asimismo, el dólar ha sido impulsado por la Reserva Federal, que ha establecido una red de intercambio de divisas con el Banco Central Europeo, el Banco de Japón, el Banco de Inglaterra y otros bancos, con el fin de proporcionar dólares a instituciones extranjeras. Actuando a una escala sin precedentes, la Fed expandió estas líneas de intercambio en 330 mil millones de dólares, a un total de 620 mil mdd.
La resistencia del dólar no es sólo una curiosidad económica: mientras mantenga su valor, facilita el financiamiento del rescate de 700 mil mdd del gobierno estadounidense, pues el dinero provendrá de bonos vendidos principalmente a extranjeros, y contribuye a apaciguar la inflación.
Sin embargo, antes de la crisis el deterioro de la economía estadounidense y su enorme déficit comercial habían provocado el descenso del dólar. Cuando las dificultades empiecen a ceder, los inversionistas volverán a centrar su atención en esto y el dólar volverá a bajar, en opinión de Laiti. Incluso si el rescate es exitoso, aumentará drásticamente la deuda de Estados Unidos, una perene causa de la debilidad del dólar. .
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