Por Teresa Gurza.
Estaba feliz con mi dentista, su consultorio ubicado a la entrada del fraccionamiento donde vivo era limpio y luminoso y ella, excelente persona que trabajaba con eficiencia, puntualidad y no tan caro.
Y cuando iba a consulta, platicábamos de política y lo que pasaría si López Obrador llegaba a la presidencia.
Llegó… y un día al pedirle cita, me contó que había quitado su consultorio porque le ofrecieron buen salario por coordinar los programas de bienestar de AMLO en la Región Oriente de Morelos, y su tiempo libre lo dedicaría a sus dos bebés.
Poco después me dijo que estaba también a cargo, de los movimientos de la Guardia Nacional en esa zona.
Así fue como me quedé sin dentista y el presidente con una colaboradora como a él le gustan, sin experiencia en sus nuevas tareas.
Por eso y por todo lo demás, sospeché que las cosas no serían tan bien hechas ni tan limpias, como presume quien a diario sostiene que la corrupción se terminó, porque él no es corrupto.
Lo que dudo mucho, porque lleva más de 20 años sin trabajo remunerado con el que sostener a su familia y rancho.
Y porque las acciones de su gobierno son opacas y corruptas y en su administración y partido ocupan lugares destacados seres de tan larga cola como Bartlett, Salgado Macedonio, Padierna, Bejarano y Mario Delgado, entre muchísimos otros.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó innumerables irregularidades en todos los proyectos centrales y prioridades de su primer año de gobierno.
Me referiré ahora, solo a algunos señalamientos que sobre la Secretaria de Bienestar hace el documento que la ASF presentó el 20 de febrero pasado a la Cámara de Diputados; y que claramente indican, tiene enormes irregularidades y sus programas sociales ‘estrella’, muestran censos inflados y opacidades por más de mil 500 millones de pesos; que no es poco.
Además, y debido a que los Siervos de la Nación no visitaron los domicilios de los adultos mayores, la que me tocó me citó en un OXXO, los datos resultaron equivocados en más de 8 millones de personas.
Y para que les cuento el caos de las vacunaciones en Morelos, a cargo de esa Secretaría.
En Cuautla las hubo en 4 sitios y se dijo que podríamos ir los de municipios cercanos.
Con una de las 15 fichas que una “sierva” repartió el miércoles 10 para las 8 de la mañana del jueves 11 de marzo, llegué pasaditas las 7 a la Hacienda la Concepción; donde viejitos pobres y angustiados se topaban desconcertados con una puerta cerrada y un letrero No hay Vacunas.
Como me interesa ponerme la Pfzier y tenía cita, fui al vacunatorio del deportivo de Cuautla.
A las 9 y media aún no llegaban las vacunas y largas filas, sin ningún respeto por la sana distancia, mostraban las penurias, carencias y situación sanitaria y económica, de los adultos mayores de la Región Oriente y el poco respeto que a López Obrador le merecen.
Llevados por sus familiares, algunos desde la madrugada, en sillas de ruedas improvisadas con sillas y bancos de casa, diablitos de mercado y hasta en carretilla de albañil, cientos de ellos esperaban ilusionados soportando hambre, sed, incomodidad y sol.
Por ahí de las once, llegaron las vacunas custodiadas por una “sierva” y elementos de la Guardia Nacional; entonces varios policías empezaron a desanimar a los formados, diciéndoles que no habría para todos y se daría preferencia a los que no habían alcanzado vacuna ahí, la víspera.
Así que me fui al Hospital Civil, donde los tumultos eran tan grandes que ni me bajé del coche.
Veremos cuántos contagiados surgen de esos cuatro días de vacunación en Cuautla.
Y como en todo el país con excepción de la Ciudad de México está igual la situación, motivado por miedo a perder votos, AMLO lanzó este fin de semana un anzuelo al anunciar que el dinero mensual para adultos mayores que hoy es de 57 dólares al mes, irá aumentando hasta llegar a 150 en 2024.
Hay también abusos y mentiras, en Jóvenes Construyendo el Futuro: los desvíos son por más de 126 millones de pesos; cuatro de los siete centros que el gobierno dice hay, no existen y 68 muertos cobran beca y han recibido más de 5 millones.
Y puede que hasta AMLO dude de esa capacitación, porque pidió a Biden implementar otro programa Bracero; rompiendo su promesa de que ningún mexicano tendría que trabajar en EU.
De modo que cuando pregona que su gobierno no es como los anteriores, pienso que tiene razón; los otros eran pésimos, el de él es peor.
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