Este fin de semana, los organismos empresariales de Mexicali, pusieron en marcha una campaña de concientización, con la expresión : ¡Ya estuvo bueno!
En televisión, una empresa de telefonía, desarrolla una campaña, observando cómo hay expresiones en español, que tienen un significado totalmente distinto a lo que indican ilteralmente.
Por ejemplo, cuando una madre responde con una negativa, a la solicitud del hijo para realizar algo, y ante la insistencia de éste, finalmente, evidentemente molesta, le señala : ¡haz lo que tú quieras!
Pareciera que finalmente cedió a la petición, pero en realidad le confirma la negativa, y le advierte que en caso de que haga lo que pretende, lo castigará y que por lo tanto, se atenga a las consecuencias.
En el español, el ¡ya estuvo bueno!, no significa que algo haya logrado un excelente nivel de calidad o satisfacción, sino que es una forma de advertir el hartazgo de las personas, ante la corrupción y el abuso.
Los dirigentes del sector empresarial, acostumbran utilizar este tipo de campañas, para decirle al gobierno algo. Algo así como aquello de : te lo digo a ti Juana, para que lo entiendas tú, Chana.
Es interesante, no cabe duda en eso, pero definitivamente los empresarios mexicalenses están perdiendo su tiempo. Los políticos son conchudos, sordos, ciegos y necios. Las directas, hacen como que no las escuchan. Y las indrectas, hacen como que no las entienden.
Lo más recomendable, es hacer los señalamientos en forma directa. Francos, directos, sin rodeos. Total, dicen que : “cuentas claras, amistades largas”.
A los políticos, no hay que andarles con rodeos. Hay que recirles las cosas por su nombre.
Deben entender, que las cosas de la función pública, son cuestiones de interés general, no particular o individual.
Quien ingresa a la administración pública, debe saber que los intereses generales o públicos, están por encima de los particulares o individuales.
Que cuando escuchen a alguien decir : ¡ya estuvo bueno!, es una manifestación de hartazgo, no de complacencia.
Hay hartazgo social, por la corrupción.
Hay hartazgo social por el endeudamiento público, derivado del mal manejo de los recursos públicos, del saqueo y despilfarro.
Hay hartazgo social, por las arbitrariedades y abusos de los funcionarios públicos.
Los políticos, tienen a la ciudadanía hasta el gorro. Decirles ¡ya estuvo bueno!, es poca cosa. Mínimo se les debe advertir : ¡ya nos tienen hartos!
Y de ser posible, a esa manifestación de coraje, agregarle los nombres de los políticos inútiles y corruptos.
¿Y saben por qué el hartazgo?, porque es lo único que queda a los ciudadanos, manifestar su malestar ante los malos gobernantes.
El hartazgo se da, porque los gobernantes actúan con descaro, o sea roban a plena luz del día. Se señalan sus pillerías, y no les pasa nada. El grado de impunidad, es enorme.
Los ladrones, comúnes y corrientes, así como entran a la cárcel, salen. Los políticos, ni siquiera por accidente o por equivocación, caen a prisión. De paso, dejan un cargo, incluso antes de concluir su gestión, y ya andan detrás de otra chamba. Una burla, como si hubiesen sido
eficientes.
Los empresarios, los que tienen recursos para formalizar denuncias, apenas si se atreven a recurrir a campañas mediáticas, como esa del ¡ya estuvo bueno!
No señores, ¡ya estuvo bueno!, pero de andar con medias tintas.
¡Ya estuvo bueno!, de simplemente lanzar la piedra y esconder la mano.
Con tales actitudes, simplemente mediáticas, los empresarios no van a lograr mucho. Los políticos son sordos, ciegos y necios. Conchudos, dicen en el pueblo.
Es necesario, levantar la voz y hacer señalamientos concretos. Ese ¡ya estuvo bueno!, hay que colocarlo en las enormes carteleras y decir a quien está destinada la expresión y las causas o motivos del hartazgo.
Recurrir a todas las formas o medios de comunicación, para externar el hartazgo y repudio en contra de los políticos ineptos y corruptos.
¡Ya estuvo bueno! de andar con indirectas. Los políticos hacen como que no las entienden y no las atienden.
En principio, así como se dedica un día para conmemorar algo, y elaborar la leyenda comemorativa, que se adopte la de ¡ya estuvo suave! en las comunicaciones diarias o cotidianas.
Hasta que los políticos les de al menos una poca de verguenza y rectifiquen. Hay que decirles y gritarles en su cara : ¡ya estuvo suave!
gil_lavenants@hotmail.com
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