viernes, 6 de abril de 2012

Palco de Prensal: Josefina diferente

Por Gilberto Lavenant
En un evidente, pero débil o tímido, intento por insinuar que ella no es lo mismo que Felipe Calderón, la candidata panista a la Presidencia de la República, proyecta sus actividades proselistas con una manta en la que aparece la leyenda : Josefina diferente.




Y habría qué preguntar : ¿En qué es diferente Josefina a Felipe ? Ambos son panistas, una es mujer y el otro hombre. Políticamente hablando, sin distinción de género, la única diferencia es que Josefina quiere ser Presidenta de México y Felipe ya lo es.



Para colmo de ella, es producto del foxismo y del calderonismo. Con Vicente Fox fue Secretaria de Desarrollo Social, con Felipe Calderón, Secretaria de Educación Pública, además de la coordinadora general de su campaña. De llegar a la Presidencia, ya no habrá ninguna diferencia, ella será Felipe en persona.



Esto es importante precisarlo, y observarlo, porque durante su gira de dos días por Baja California, aunque no dió respuestas concretas, sí reconoció que esta zona del país necesita un trato diferente. No tanto como prerrogativas, sino como una estrategia para aprovechar las condiciones geográficas de Baja California, al colindar con el Estado más rico de la Unión Americana.



Fue atenta, muy sonriente, aparentemente analítica, reflexiva y comprensiva. Aunque no dió respuestas concretas a los planteamientos que le hicieron, en cuanto a seguridad pública, desempleo, pobreza, zona económica estratégica y otros temas como el Siave y la restricción de dólares. Al menos aparentó entender a los fronterizos.



Lo más interesante es que, aunque no fue la precandidata de Calderón, la ven y la tratan como tal. Le hacen planteamientos, con la esperanza de que el Presidente reaccione y les conceda lo que tanto le han reclamado y respecto de lo cual solo les ha respondido con evasivas y en el mejor de los casos, les ha dado “atole con el dedo”.



Y lo que en Baja California no le hicieron, por su condición de mujer, en otras partes del país, sí. Le reclaman, como si le estuviesen reclamando a Calderón. Ayer, en Tres Marías, Morelos, lo hicieron. La crónica periodística, es elocuente :



“…Trabajadores y clientes de esta localidad confrontaron a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, quien pretendía desayunar con su marido, y la candidata a senadora en el Distrito Federal, Rosa María de la Garza. Luego de iniciar el programa de reparto de volantes en la caseta de cobro de la autopista México-Cuernavaca, Vázquez Mota se dirigió en su autobús, el “Pina 1”, a Tres Marías, acompañada por su comitiva y un camión de simpatizantes.



Para desayunar, eligió el restaurante El Sinaí, donde apenas se habían servido platones repletos de quesadillas y los refrescos estaban destapados. Los clientes le reclamaron por el descontrol de su equipo y los reporteros que estaban encima de las mesas de ciudadanos. Vázquez Mota intentó calmar los ánimos en la mesa de enfrente, pero la familia no cedió. “Es una falta de respeto, si no tiene control de esto…”, le dijeron.



De inmediato giró instrucciones a su equipo de prensa para salir del lugar con los reporteros y ella misma se encaminó al estacionamiento para saludar en un modesto local que no tenía clientes. Ahí, Christian Nicolasa, una universitaria que trabaja haciendo quesadillas, le dijo que su partido no merecía otra oportunidad, que al pueblo de Tres Marías le debía hablar diferente. Vázquez Mota intentó convencerla respecto de sus propuestas de campaña.



“Para empezar quiten los gazolinazos”, dijo otra empleada del lugar. La universitaria la increpó además de los gasolinazos, por las deficiencias del sistema educativo, la ausencia de oportunidades, el abandono de los extrabajadores de Luz y Fuerza, ahora sólo con oportunidad de trabajar para contratistas.



— ¿Cuáles son sus propuestas de empleo?, le cuestionó.



—Yo tendré un dialogo permanente con los trabajadores…



— ¿Nada más diálogo? Lo que necesitan son soluciones”, le responde la jóven.



La candidata esbozó una respuesta, pero la jóven volvió a la carga:



—Dices que tienes propuestas, pero no dices cuáles. Le das vueltas y vueltas a mis preguntas, eres una política más”, la atajó nuevamente la jóven.



De repente intervino Rosa de la Garza -quien se hace llamar Rosi Orozco– para hablarle a la universitaria de las víctimas de violación que atiende. Ni Josefina quiso escucharla y con amabilidad se despidió y salió del local, mientras mujeres trabajadoras de otros negocios coreaban blandiendo platos: “Ni un voto al PAN, Ni un voto al PAN”

Hace unos días, un evento de la candidata fue frustrado por un grupo de trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, que reclaman empleo. La dirigencia panista acusó a los priístas de estar realizando una estrategia para frenar a Josefina.



Seguramente doña Josefina, aunque presuma ser diferente, seguirá enfrentando incidentes como estos, porque muchos mexicanos ven en ella al Presidente Felipe Calderón. Le reclaman a ella, como si le estuviesen reclamando al señor que despacha en Los Pinos.



De lo que si se puede estar seguro, es que esa presunta diferencia, desaparecerá si doña Josefina resulta electa en los comicios del 11 de julio próximo. Una vez que asuma la Presidencia de la República, se convertirá en Felipe Calderón en persona. El sexenio calderonista se prolongará durante seis años más y con ello la narcoguerra, la pobreza, el desempleo. Fox dijo que ni él soportaría otros 6 años de narcoguerra.



Tan fácil que sería para doña Josefina, atender los reclamos y acudir con su exjefe y ahora líder político, a que los resuelva. Al fin y al cabo le queda tan poco tiempo de gestión. Fuera Siave y restricción de dólares. Entonces sí que alguien creería que es diferente.



gil_lavenants@hotmail.com

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