Por Gilberto Lavenant
Los órganos o instituciones encargadas de investigar la comisión de delitos, lo son la Procuraduría General de la República, mejor conocida por sus siglas PGR, a nivel federal, y las Procuradurías Generales de Justicia de cada entidad, a nivel estatal. Sin embargo, en casos especiales como lo son las agresiones a periodistas o amenazas en contra de quienes realizan actividades periodísticas, tal parece que no existen o no se percatan de tales hechos.
En cuanto a dos casos concretos, específicos, que han generado preocupación y malestar de los periodistas de Baja California, ni la PGR, ni la PGJBC han abierto la boca para definir posturas. Y si le subimos un poco el nivel, ni el Presidente de la República, ni el Gobernador de Baja California, han hecho manifestación alguna al respecto. Bueno, quizás estamos exagerando y para ellos dichos temas son de poca o nula importancia.
Afortunadamente existen instituciones como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Procuraduria de Protección a los Derechos Humanos de Baja Californias, que han mostrado interés por estar al pendiente de tales casos.
Ayer viernes, la CNDH emitió el comunicado CGCP/050/12, mediante el cual da a conocer que investiga las agresiones sufridas por periodistas de diversos medios de comunicación en el estado de Baja California.
Así mismo, indica que atrajo los casos de Antonio Heras Sánchez, corresponsal de La Jornada, quien fuera víctima de golpes en Mexicali, y el de la coeditora del Semanario ZETA, Adela Navarro Bello, que fue amenazada en Tijuana.
La CNDH manifiesta que el ejercicio libre de expresión, consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es un factor esencial para la vigencia del Estado de Derecho y del régimen democrático.
Así mismo, señala que las agresiones a periodistas vulneran el derecho de toda población a estar informada y por lo tanto establece que permanecerá atenta a la actuación de servidores públicos encargados de cumplir y hacer cumplir la ley y de las investigaciones que emprendan para el esclarecimiento de estos lamentables hechos.
A la vez hace un llamado a las diversas autoridades responsables a que emprendan las acciones necesarias y contundentes, que garanticen las condiciones de seguridad y prevención suficientes para que el desempeño de los profesionales de la comunicación no se vea coartado ni amenazado por ningún tipo de circunstancia.
Dice que una vez concluidas las investigaciones, se determinará lo que conforme a derecho corresponda y dá a conocer que en la página www.cndh.org.mx se encuentra la Guía para Implementar Medidas Cautelares en Beneficio de Periodistas y Comunicadores en México, que establece criterios a seguir para aplicar esquemas de salvaguarda.
La agresión al periodista Herras Sánchez y las amenazas a los compañeros del Semanario Zeta, han generado preocupación en los periodistas de todo el país, quienes han dedicado espacios y tiempos importantes para referir tales hechos.
Se observa que en su edición del pasado 24 de febrero, en su columna Sortilegios, Adela Navarro Bello denunció una nueva amenaza contra el Semanario Z, presuntamente de uno de los fugitivos de lo que fue el cártel de los Arellano Félix.
Bajo el título “Amenaza del Narcotráfico”, Navarro Bello reveló que quien aparentemente pretende encabezar un atentado contra ellos es Melvín Gutiérrez Quiroz, El Melvin, uno de los hombres del Cártel Arellano Félix, todavía buscado por las autoridades estadounidenses.
En el caso de Antonio Heras, este presentó denuncia por lesiones, el pasado 24 de febrero, ante la Procuraduría General de Justicia de Baja California, registrada bajoexpediente 0202-2012-07346, por la agresión sufrida, luego de cubrir dos conferencias de prensa.
Curiosa, o extrañamente, una de las conferencias de prensa a la que asistió el periodista agredido, fue la del exgobernador panista, Eugenio Elorduy, en la que se deslindó de las acusaciones del PRI sobre supuestos vínculos con el narco y negocios ilícitos. No obstante que la agresión fue publicitada, el exgobernador no ha dado la cara para deslindarse. Es más, ni siquiera el Gobernador Osuna Millán ha hecho comentario al respecto. Ni para condenar los hechos, ni para anunciar, aunque fuese solo de dientes para afuera, que ordenaría se investigara hasta sus últimas consecuencias.
Después de esta conferencia,el periodista fue a un restaurant en donde comió con un colaborador del alcalde de Mexicali. Al salir de ahí, explica, se dirigió a su casa, pero fue interceptado en el camino, por una camioneta Cherokee blanca, Limited Edition.
Entonces, el conductor le cerró el paso y bajó del auto para encararlo, pero el periodista lo eludió, invadiendo el carril contrario. Heras Sánchez siguió su camino, pero el conductor de la camioneta lo siguió hasta alcanzarlo unas cuadras adelante. El periodista pensó que se trataba de un incidente de tránsito, pero el conductor de la Cherokee se bajó del vehículo y comenzó a golpearlo.
Irónica y lamentablemente, tal parece que solo instituciones como la CNDH y la PDH se preocupan por los periodistas. La PGR y la PGJE, tal parece que están más interesadas en diluir los hechos, hasta que desaparezcan los presuntos responsables, tanto materiales como intelectuales. Corresponde a los periodistas, no quitar el dedo del renglón. Seguir en estado de alerta, ante el desinterés y negligencia de las dizque procuradurías de justicia.
gil_lavenants@hotmail.com
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