viernes, 11 de diciembre de 2015

Palco de Prensa: La voluntad política

Por Gilberto Lavenant
Es interesante e importante observar, que muchos problemas sociales, persisten, o sea quedan sin resolver, o no se resuelven, no precisamente por falta de recursos económicos o capacidad jurídica, sino simple y sencillamente por falta de voluntad política.

La voluntad de los individuos, es el querer hacer algo. La voluntad política, es el hecho de que los gobernantes, de cualquier nivel, se decidan aplicar las facultades y funciones del cargo que ostentan, para hacer algo en beneficio de la comunidad que gobiernan, que puede implicar la solución de un problema o el emprender un programa o acción determinada.
Uno de los problemas más serios que afronta Tijuana, es el pésimo y caro transporte público. Además el hecho de que haya quienes presten el servicio, al margen de la ley y con la aparente complacencia de las autoridades competentes.
Vehículos clonados o protegidos bajo supuestos amparos, abundan a montones y parece absurdo que no se hayan aprovechado los adelantos tecnológicos para detectarlos oportunamente, a fin de retirarlos de inmediato.
A eso se le agrega el surgimiento de quienes prestan servicio de transporte de pasajeros, sin autorización y mediante el uso de aplicaciones cibernéticas. Los llamados Uber.
Este último, ha generado múltiples controversias. Por una parte, un alto número de usuarios, a quienes les agrada el uso de vehículos modernos, limpios y bien cuidados, y por la otra, los transportistas tradicionales que los consideran una competencia.
No hay punto de comparación entre unos y otros. Salvo el hecho de que los Uber, no cuentan con autorización alguna, pero son modernos y cómodos, en tanto que los táxis y calafias operan mediante concesiones y permisos, cuyo costo es elevado.
Bajo supuestas intenciones de regular este nuevo tipo de transporte, el gobierno municipal organizó foros y consultas, en los que aparentemente hubo respuestas favorables hacia Uber y para lo cual habría de modificarse el reglamento de transporte.
Y efectivamente, se procedió a reformar el Reglamento del Transporte Público para el municipio de Tijuana, pero no para regularizar a Uber, sino para bloquearlo. Se le hicieron dos “parches”, uno de los cuales fue precisamente para prohibir la prestación del servicio de transporte, mediante vehículos particulares, que no contaran con autorización del gobierno municipal.
Nadie ha podido explicar, es más, ni siquiera lo han intentado, los motivos por los cuales se evadió la posibilidad de regularizar los vehículos Uber.
Se sabe, que las vías tradicionales, utilizadas para expedir permisos o concesiones de transporte público, además de que son inoperantes, estrechamente ligados a intereses políticos, resultan sumamente caros, lo que incide en que las tarifas del transporte público urbano, de esta ciudad, sean de las más elevadas. Además del pésimo servicio.
Sin embargo, pese a que Uber es una realidad, y ha tenido una excelente aceptación, no se hicieron las reformas correspondientes al reglamento de Tránsito, para regularlo. Por el contrario se prohibió su existencia.
Pudo tomarse en cuenta, que la mejoría del servicio, representaba un reto para los transportistas tradicionales. Total, cualquiera podría prestar el servicio, bajo dicha modalidad, reuniendo las mismas condiciones.
Se optó, por el camino fácil : la prohibición de Uber, condenando a los tijuanenses a seguir padeciendo el pésimo y caro servicio de transporte público.
Uno de los últimos argumentos, que se han tratado de hacer valer, para justificar la negativa de autorización de Uber, es que requieren un permiso especial de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, debido a que se contrata mediante una vía de Comunicación. Falso y Absurdo. El teléfono también es una vía de comunicación, y no se requiere de permiso alguno para contratar servicios o realizar compras por esa vía.
Más bien, lo que ha frenado todo esto, son los múltiples compromisos, económicos y políticos, que se tienen con los transportistas tradicionales, que se acentúan porque se está en pleno proceso electoral.
Los mismos compromisos que frenan cualquier intento de reordenamiento y regularización del transporte público en general, pese a que está por concluir el plazo que se había fijado para ello.
Mientras tales condiciones prevalezcan, los tijuanenses tendrán que seguir padeciendo tan mal servicio.
Incluso, con ello se pone en riesgo el proyecto de la llamada Ruta Troncal.
Todo indica, que la modernización del transporte público de Tijuana, es una utopía. Que nunca habrá tal mejoría.
En especial, por un factor sumamente importante : la falta de voluntad política para lograrlo, haciendo a un lado los intereses económicos y políticos.
Los gobernantes, generalmente no llevan a cabo acciones importantes, por los riesgos que implican. Sobre todo, en tiempos electorales.
La voluntad política, implica valor, coraje y hacer a un lado los temores de todo tipo.
gil_lavenants@hotmail.com


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