Por Pedro Martínez Serrano
Como las chaquetas de doble vista; de esas que se voltean según la ocasión, el interés o la necesidad de quedar bien, los equipos de campaña de varios de los candidatos, aparentan servir a su correligionario, cuando en el terreno de los hechos, multiplican las reuniones a escondidas y los acuerdos con el oponente. La apuesta de unos, es ganar la gubernatura y dejar en el camino al abanderado a alcalde y al revés.
Los panistas del rey de la usura, Francisco Arturo Vega de Lamadrid, fieles a su estilo y a la de sus operadores estrella, los corruptos y cuestionados, por sus sospechosas componendas con personajes del crimen organizado, Jesús González Reyes y Jorge Ramos Hernández, suman a su causa a una buena cantidad de hankistas estelares. El propósito, con monedas y compromisos de por medio, es que en Tijuana, pierda Fernando Castro Trenti y gane Jorge Astiazarán Orci.
El objetivo es claro, los hankistas harán todo lo que esté a su alcance para evitar que el diputado federal con licencia, Fernando Castro gane la gubernatura. Y, entre esos hankistas mal agradecidos, con quien les fabricó su triunfo, que no fue otro más que el seguro contendiente por la gubernatura, entre ellos Carlos Bustamante Anchondo y Enrique Pelayo Torres, le juegan con todo la contra a su abanderado.
Y mientras se encargan de difundir que la campaña no prende o, en el peor de los casos, promover un rudo golpeteo en contra del abanderado priísta a nivel estatal, inyectan recursos y personal, en ambos casos provenientes del erario, para inflar al desteñido candidato tricolor a alcalde de Tijuana, Jorge Astriazrán Orci quien, aunque es un buen hombre (fiel intérprete del dicho del caballo ballo y la mujer coqueta), el hankismo está empeñado de convertirlo en alcalde, para retomar los negocios que dejaron inconclusos cuando, por su causa y la de nadie más, el PRI perdió la presidencia municipal tijuanense.
Hoy, las baterías de los deteriorados cachos priístas que le quedan a Jorge Hank Rhon en Tijuana, están alineadas en contra de Fernando Castro Trenti y, en consecuencia, a los intereses del corrupto, delicado y modoso gobernador Lupe Osuna Millán. La idea es que Astiazarán gane Tijuana y El Kiko Vega la gubernatura. Nada hará más feliz a Hank y a su perrada (por aquello de la afición Xola), con eso mantendrán los jugosos negocios y beneficios de pandilla con que los ha colmado el gobernadorcito y, además, sueñan, se volverán a adueñar de la ciudad para ponerla en manos del narcotráfico.
El tema es interesante, profundamente interesante, por eso preparo una serie de entregas, en las que voy a desmenuzar, cómo los panistas de la onda grupera como dice el honestísimo senador Ernesto Ruffo (a quien identifican como el político preferido de los Arellano Felix y de lo que de ellos queda), Jesús González y Jorge Ramos (también embarrados hasta el tuétano en asunto del crimen organizado), podrían negociar la cabeza del disminuido Alejandro Monraz, a cambio de tomar por asalto la gubernatura, con el pelele, pusilánime e ignorante Francisco Vega a la cabeza.
El equipo de Jorge Astiazarán y cómo se mueve, es el tema ya en el horno. Los que encabezan la contra campaña de su abanderado a gobernador, son el ladrón y mentiroso David Saúl Guakil, a través de Rubén Ovando Ulloa y el heredero del heredero de Milton Castellanos, Bernardito Padilla.
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