domingo, 16 de septiembre de 2012

Palco de Prensa: Los aspirantes del 2018

Por Gilberto Lavenant
Apenas el pasado 1 de julio se llevaron a cabo los comicios presidenciales, falta poco más de dos meses para que el panista Felipe Calderón concluya su gestión y el priísta Enrique Peña Nieto asuma la Presidencia de México, y ya empezaron a surgir los aspirantes para competir en las elecciones del 2018.
Para muchos, es algo sumamente anticipado, pero recientemente, uno de ellos, Marcelo Ebrard, quien está por concluir su mandato como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, anunció que en cuanto concluya, iniciará su trabajo proselitista hacia el 2018. Estuvo a punto de lograr dicha postulación en el pasado proceso, pero su rival lo fue Andrés Manuel López Obrador, quien le aventajó enormemente en preferencias electorales, según encuesta realizada para tal efecto. La determinación de iniciar desde ahora su carrera hacia la Presidencia de México, la basa en la experiencia de Andrés Manuel, quien en su segundo intento por lograr dicho encargo, podría decirse que casi lo logra. Marcelo ha externado que la candidatura presidencial requiere de mucho tiempo para conocer al país y sobre todo para que los mexicanos conozcan su forma de pensar y de expresarse. Ayer, en extensa entrevista para un periódico capitalino, habló sin rubores sobre sus intenciones futuristas, aunque no ocultó su preocupación ante la posibilidad de que López Obrador, de nuevo se lance por esa posición. Por aquello de que “a la tercera es la vencida”. Si tal cosa ocurre, advirtió, sería un desastre para las izquierdas , tener dos candidatos. Pero Marcelo no es el único anticipado. También en el terreno de los priístas, el Gobernador del Estado de México, Eruviel Avila, ya empezó a trazar su camino hacia el 2018. Apenas acaba de rendir su primer informe de gobierno, es el sucesor de Enrique Peña Nieto, y pretende repetir la fórmula para sucederlo en la Presidencia de México. No tiene el carisma, pero el intento se le hace. Las intenciones futuristas las reflejó en la profusa difusión de su primer informe de gobierno. Aprovechó todos los medios a su alcance, televisión, medios impresos, carteleras, internet. Pareciera que el camino hacia la Presidencia, del Estado de México al Distrito Federal, es corto y seguro. Cabe observar que en el viejo PRI, los candidatos presidenciales salían del gabinete del Presidente en turno. En especial de la Secretaría de Gobernación, cuyo titular conocía la problemática nacional, sobre todo la política, “al dedillo”. Tenía los hilos del poder federal en sus manos y muchas de las veces con mayor alcance que el propio Presidente de la República. A la llegada del PAN a la Presidencia de México, la Secretaría de Gobernación se “devaluó”. Cualquiera, sin experiencia previa, llegaba a ocupar dicho cargo. Su función consistió simplemente en proteger la figura presidencial, en tratar de destrabar los problemas que pudiesen afectarle, pero no alcanzaron la dimensión que llegaron a tener en los gobiernos priístas. A partir de los comicios presidenciales del 2012, podría darse el caso de que las gubernaturas estatales o la jefatura de gobierno del Distrito Federal, sean las posiciones especiales para catapultarse hacia la Presidencia del país. El candidato del llamado Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, fue jefe de Gobierno del Distrito Federal. El Presidente electo, Enrique Peña Nieto, fue Gobernador del Estado de México. La panista Josefina Vázquez Mota, solamente fue colaboradora del foxismo y del calderonismo, en tanto que Gabriel Quadri, candidato del Panal, hasta antes de estas elecciones, nadie lo conocía. El Presidente Felipe Calderón atribuyó como una de las causas de la derrota panista, que el PAN tuvo candidatos enanos. Quizás se refería a la estatura política de dichos personajes. Independientemente de que López Obrador participe de nueva cuenta en los comicios del 2018, dos aspirantes están iniciando su camino hacia dicha meta. Marcelo Ebrard, que en unos días concluye su gestión como jefe de gobierno del Distrito Federal, y Eruviel Avila, que apenas inicia su gestión como Gobernador del Estado de México. El gobernar a una entidad, sobre todo como el Distrito Federal, con una población de 8 millones 851 mil 80 habitantes, y el Estado de México, con una población de 15 millones 175 mil 862 habitantes, sin duda alguna significan algo así como un doctorado en administración pública. Para que tengan una idea de lo que esas cantidades representan, Baja California tiene 3 millones 155 mil 70 habitantes, o sea 12 millones 20 mil 792 habitantes menos que el Estado de México y 5 millones 696 mil 10 habitantes menos que el Distrito Federal. La comparación, en otro sentido, indica que el Estado de México tiene 4.8 veces más población que Baja California, y el Distrito Federal 2.8 veces. Esto, independientemente de la problemática socioeconómica y política de cada entidad federativa, lo que determina la complejidad para gobernarlas. Es interesante e importante observar, que en materia política, en esta ocasión se aplica aquello de que “después de la tempestad, viene la calma”, pues cada día se desvanecen los negros augurios de un posible estallido social y de un catastrófico panorama, en el que aparecían como uno de los principales protagonistas Andrés Manuel López Obrador. El llamado “peligro de México”. Muchos de sus seguidores ya se deslindaron y aunque aún hay quienes creen en él, evidentemente no le alcanzarán para lograr la Presidencia de Máxico en el 2018. Aunque aún faltan seis años para ello. gil_lavenants@hotmail.com

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