Por Gilberto Lavenant
En el beisbol, cada equipo es dirigido por un hombre, al que se le identifica como el manejador. Se para junto a la tercera base y desde ahí le da órdenes o indicaciones al bateador en turno, mediante señas raras. Se toca la nariz, la barbilla, una oreja, la cachucha, los antebrazos, aplaude, se patea los zapatos. Cada seña tiene un significado. El jugador tiene la obligación de saber interpretarlas y actuar en consecuencia.
Y cuidado con que el bateador haga una jugada distinta a la ordenada, porque no se la acabará.Corre el riesgo de que lo manden a la banca.
Pues más o menos así ocurrió este fin de semana, pero en política. Solo que las “señas raras” no estuvieron a cargo de los manejadores de los equipos, en este caso de los partidos políticos, sino de algunos de sus integrantes. Y en este caso, no hay hombre al bat, y no se sabe si alguien entendió los mensajes. Pero hubo “señas”. De eso no cabe ninguna duda.
El juego grande, las elecciones presidenciales del 2012, está por arrancar. Aquí, cualquier jugada cuenta. Incluso hasta las de “sacrificio”, como en el beisbol. Los “jugadores estrellas”, los que representarán a cada partdo político, casi ya están definidos. Es cuestión de días para que se anuncien los nombres de los presuntos afortunados. Los que deberán anotar, en este caso votos electorales, para ganar la contienda.
En el lado del PRI, aunque las encuestas les vaticinan triunfos rotundos, el coordinador de los Senadores priístas, Manlio Fabio Beltrones, el miércoles pasado presentó una iniciativa para constituir un gobierno de coalición. Dijo que esto facilitaría la aprobación de reformas propuestas por el Ejecutivo ante el Congreso.
El legislador, Presidente de la Junta de Coordinación Política en el Senado, manifestó que un gobierno de coalición sería la alternativa para que un gobierno electo con menos del 50 por ciento de los votos, construya una mayoría plural, para mejorar la gobernabilidad.
Así mismo, señaló que este tipo de gobierno permitiría que la agenda pública fuera consensuada de antemano, facilitando que el Legislativo apruebe las iniciativas presidenciales, y a su vez evitar que el Ejecutivo retrase la aprobación de leyes aprobadas por el Congreso.
El tema también fue abordado por Carlos Navarrete, quien dijo que ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD, por sí solos, podrán gobernar el país en el 2012, y que por lo tanto urge aprobar la reforma para crear la figura de “gobierno de coalición”.
El líder perredista manifestó que Máxico está maduro para darle al Presidente que esté al frente del país, a partir del 2012, un instrumento constitucional del que pueda hacer uso, que se llame gobierno de coalición, gobierno de mayoría parlamentaria, gobierno con capacidad y con instrumentos para poder enfrentar los retos del país. Así mismo, advirtió que ninguna sola fuerza política, por mucho que se imagine que tendrá el mayor número de votos en la próxima elección presidencial, podrá enfrentar los enormes retos que el país tiene.
En política, hay un principio básico, y sentencia a la vez, que advierte que “el poder no se comparte”. Los partidos políticos contienden para llegar al poder. Una vez arriba, no utilizan el poder para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, sino para disfrutar sus privilegios y prerrogativas. Muchos políticos, aprovechan la oportunidad, para lograr enriquecimientos ilícitos, explicables, pero nunca castigables.
Total, los políticos, de todos los partidos, conjugan hábilmente el verbo “cubrir”: Yo te protejo, tú me proteges, el nos protege, ellos nos protegen, nosotros nos protegemos. Es el juego de las “tapaderas”. Por regla general, salvo raras excepciones, todos se tapan entre sí.
Así es que resulta extraño que PRI y PRD ahora hablen de establecer gobiernos de coalición, en donde todos gobernarían, en cierta forma repartiéndose el poder público. Extraño, en tanto que el inminente triunfador en el 2012, sería el PRI, Confunden a los electores al hablar de coaligarse, Les envían señas raras.
Por el lado del PAN, Josefina Vázquez Mota, quien presume de haber despuntado entre los precandidatos panistas, hacia las elecciones presidenciales, se pronunció a favor de que la elección de candidato, se haga en forma abierta en elecciones internas en las que no solamente participen los miembros activos, sino también los ciudadanos y los simpatizantes.
Teóricamente, los partidos políticos escogen a sus candidatos, en sesiones de sus consejos, tanto nacional como estatales y municipales, según los cargos públicos en disputa. ¿Si Josefina siente que tienes las de ganar, para qué pregona que la elección sea abierta? ¿Será acaso que teme que haya dedazo ? o ¿Acaso será que no se siente tan segura de ganarle a Santiago Creel?
Por cuanto hace a los gobiernos de coalición, tal parece que los políticos han entendido y aceptan, que el país está entrampado, que padece una arteriosclerosis crónica, casi una apoplejía. Semiparalizado. No avanza nada de nada. Y esto, no puede durar má tiempo.
En el caso de los panistas y la apertura de sus elecciones internas, la experiencia ha demostrado que las manipulaciones e imposiciones, son el método mediante el cual el PAN resuelve sus candidaturas. Con mayor número de invitados, posiblemente diluyan un tanto los grupos de poder al interior del partido.
De cualquier forma, las “señas” son “raras”. Sobre todo, cuando los temas no son platicados previamente con sus correligionarios en el resto del país. Así como.
gil_lavenants@hotmail.com
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