martes, 27 de septiembre de 2011

Palco de Prensa: La doble moral

Por Gilberto Lavenant
La discusión sobre el tema del aborto, tendiente a determinar su penalización o despenalización, iniciada ayer formalmente ante el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, plantea una disyuntiva de enorme trascendencia y exhibe la doble moral de algunos de los presuntos promotores de la defensa del derecho a la vida de los individuos, desde el momento mismo de su concepción.
Básicamente, se discute la constitucionalidad o inconstitucionalidad de reformas a las Constituciones locales de Baja California y San Luis Potosí, promovidas por panistas de todo el país, y que denotan claramente una doble moral.



Las disposiciones jurídicas impugnadas, y cuyo destino se empezó a discutir ayer en la Corte, pretenden proteger a los nuevos individuos, desde el momento mismo de su concepción, lo cual, en principio, es extraordinario, en tanto la vida humana debe ser defendida contra cualquier amenaza, así sea la que pueda provenir de parte de la generadora de la vida misma, la madre.



La doble moral se manifiesta, en cuanto a que los impulsores de dicho criterio, desdeñan la posible o necesaria protección de las mujeres que, al margen de deseos personales, como producto de una violación, o ante graves riesgos de muerte, les restan toda posibilidad de derechos para decidir que los embarazos no deseados, se suspendan, so pena de recluirlas en prisión hasta por 50 años.



Los concebidos, pero no nacidos, son una mera posibilidad. Las mujeres fértiles, son una realidad. Los concebidos, en un mundo bajo condiciones de crisis, como las actuales, son una esperanza, bastante débil. No basta pugnar por la defensa a la vida, desde la concepción, si a partir del nacimiento de un nuevo individuo, no se le puede garantizar –y no en forma teórica, como actualmente ocurre- el derecho a la alimentación, a la educación, al sustento y atención paterna, a la salud e incluso a la recreación.



No habría doble moral, si así como supuestamente defienden a los no nacidos, defendieran a los nacidos. Habría las condiciones mínimas para el desarrollo de los seres humanos, con una niñez, adolescencia y juventud, con una atención y formación íntegra. No habría “ninis”, ni habría tantos seres en formación involucrados con el narcotráfico, desempleados, fuera de las aulas, explotados por individuos sin escrúpulos, muertos o recluídos en prisión durante los años más valiosos de sus vidas.



La doble moral se manifiesta, cuando aparentemente pretenden proteger a los no nacidos, y exponen, a las mujeres embarazadas, a ser laceradas, social y jurídicamente, por concebir en contra de su voluntad, sin permitirles opción alguna para aliviar o solucionar situaciones, generadas por las mismas condiciones sociales y económicas prevalecientes, que los defensores de los no nacidos, no han sido capaces de mejorar o evitar.



Las mujeres embarazadas, que en su desesperación se provoquen el aborto, solas o con el auxilio de individuos con nula preparación científica, muchas de las veces en condiciones insalubres, lo que les llega a provocar la muerte, por disposiciones de la legislación penal vigente, al menos en Baja California, enfrentan el riesgo de ser condenadas a pasar en prisión de 1 a 5 años, pero con la agravante de ser elevadas de 20 a 50 años, por cuestión de parentesco. Jurídicamente, los peores criminales, son tratados con benevolencia, en comparación con el trato cruel, inhumano e injusto que se dá a las mujeres en casos de aborto.



Y no hay que perder de vista que quienes abortan, no son precisamente mujeres de elevado o mediano nivel económico. Bueno, seguramente estas lo hacen, pero de una manera, u otra, encuentran los apoyos para lograr abortar, en condiciones óptimas, con el mínimo de riesgos y con discreción. Ellas, no van a la cárcel.



La mayoría de las mujeres que abortan, lo hacen porque llegaron al embarazo, al vivir y desarrollarse en condiciones socioeconómicas deprimentes, con altos riesgos de agresión, sin sustento económico para ellas y mucho menos para el producto de la concepción.



La mayoría de las mujeres que abortan, llegaron al embarazo por violaciones incestuosas, o por asaltos callejeros y a plena luz del día, ante la ausencia de condiciones básicas de seguridad pública, ante el incremento alarmante del número de delincuentes y agresores sexuales en general, que toman a las mujeres como un objeto, que luego de ser usados, los desechan, dejándolas en la calle, vejadas, denigradas, como algo inservible.



Si las condiciones de vida, fueran las óptimas o necesarias para el nacimiento, desarrollo y formación de los seres humanos, ni siquiera sería necesario crear leyes antiabortivas o en su caso habría qué reconocer la valentía de quienes defienden a los concebidos pero no nacidos, porque eso significaría que al nacer, contarían con valiosos defensores y protectores, no solo de su vida, sino de sus derechos humanos.



Ayer se inició la discusión sobre este tema en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en principio se advierte la posibilidad de que se dejen sin efectos las reformas constitucionales de Baja California y San Luis Potosí, pues se advierte que los legisladores estatales que las promovieron y aprobaron, se tomaron atribuciones que no les corresponden.



De quedar sin efecto las reformas impugnadas, que pretenden proteger a los no nacidos, a partir del momento de su concepción, el siguiente paso será impulsar reformas legales que otorguen alternativas u opciones prácticas, razonables, elementales, a las mujeres, ante un embarazo no deseado o programado, sin que tales abortos se equiparen a la figura del homicidio.



Lamentablemente, los de doble moral, seguramente seguirán defendiendo a los no nacidos, y juzgarán, perseguirán y castigarán cruelmente, a las nacidas, a las mujeres, dándoles la condición de simples generadores de vida, sin opción alguna y trato de criminales.

gil_lavenants@hotmail.com

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