La polémica se desato, nadie se abstuvo de emitir su comentario y análisis, el tema así lo requería, así lo provoco, y es que, no todos los días se ve en video la denostación pública de un alto funcionario de designación, y que esta se realice ante la presencia del gobernador de la entidad, y ya en el colmo del asombro, que este vilipendio lo haya llevado a cabo el general responsable de la región militar.
Es por ello que, desde el día lunes, en la entidad, de inicio, circulo entre los cibernautas el video en el cual se observa y escucha como el Comandante de la segunda región militar, General Alfonso Duarte Mujica, llamo al Secretario General de Gobierno, Cuauhtémoc Cardona Benavides, y ante el gobernador del estado, José Guadalupe Osuna Millán, lo injurio llamándolo borracho, irresponsable e irrespetuoso.
Los calificativos cayeron como balde de agua helada, no solo para Cardona, si no para el propio ejecutivo, quien tardo en reaccionar ante los señalamientos expresados por el militar, y en especial, por la sentencia de veto que el general manifestó en contra de su Secretario de Gobierno.
Este video, ha generado más suspenso y horror que un triller del cineasta Alfred Hitchcock, a quien se le considera el maestro de estos géneros del celuloide, ha sido el punto controversial para todos los actores políticos y sociales, quienes, por supuesto como buenos mexicanos contribuyeron con su muy acertada opinión y observación del asunto.
Lo único cierto hasta el momento de este evento, es que, en efecto, Cardona Benavides, fue acusado y vejado ante el gobernador del estado, por su falta a las Fuerzas Castrenses durante la cena de gala de conmemoración de la gesta heroica del 13 de septiembre.
Que, el General Alfonso Duarte Mujica, hizo de lado el protocolo que situaciones de esta índole requieren para señalar al ejecutivo estatal, el anómalo y ofensivo comportamiento de su Secretario de Gobierno.
Que, el gobernador se mostro demasiado laxo ante la situación planteada por el militar, considerando la ofensa a las Fuerzas Armadas y a la investidura que representaba Cardona Benavides, el día del agravio, la de representación del gobernador.
Que, esta situación pone aunque se diga que no, en riesgo la coordinación y buena relación, que hasta antes del incidente existía entre el estado y los militares.
Que, ante esta penosa y bochornosa situación, por dignidad política, Cuauhtémoc Cardona Benavides, no haya presentado su renuncia.
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