Por Alfredo Calva.
Es de lamentar y genera preocupación que, de manera discreta entre la clase política de Baja California se esta poniendo de moda que las parejas sentimentales de funcionarios de elección y de designación asuman roles protagónicos en las responsabilidades de sus cónyuges e intervencionistas hacia sus subordinados tomando decisiones y dictando ordenes de lo que se debe o no realizar.