Por Alfredo Calva
.Las recientes visitas a Baja California de Gabriel García Hernández, coordinador general de los programas Integrales de Desarrollo de la Presidencia de la República, tuvieron tres objetivos; la compra de votos para la elección del año próximo, el adoctrinamiento de los “Servidores de la Nación” y, cubrir la corrupción de los delegados, Alejandro Ruíz Uribe y Gilberto Herrera Solórzano.
La encomienda de importancia por su trascendencia para Gabriel García, surge de la instrucción precisa de su jefe el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la de adquirir el mayor numero de voluntades político electorales que se traduzcan en sufragios a favor de Morena y sus futuros candidatos a los diversos cargos de elección popular que estarán en juego el año próximo.
García Hernández es un cercano colaborador del famoso inquilino de palacio nacional que junto a Javier May, actual Secretario de Bienestar, Fernando Mayans, Baldemar Hernández, director de Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero y Alejandro Esquer, secretario particular del Peje, son los responsables del diseño e implementación de las estrategias político electorales y la construcción de las estructuras sociales a utilizarse en las elecciones locales y federales en favor de Morena.
También, es responsable de coordinar a todos los súper delegados federales en el país, personajes en quiénes descansa la responsabilidad de crear las estructuras electorales disfrazadas de sociales a través del trabajo de los llamados “Servidores de la Nación” y con base en los diversos programas y apoyos de bienestar social que el gobierno de AMLO entrega a los ciudadanos.
En las estructuras sociales, son en las que habrá de apoyarse Morena para lograr el mayor número de cargos de elección popular que estarán en juego el año venidero en 30 entidades del país, pero especialmente existe interés particular para el hijo de Macuspana en los 15 estados en los que habrá cambio de gobernador y, en la renovación de la cámara baja del Congreso de la Unión.
Es por ello que, García Hernández acompañado por el humorista de bienestar, Alejandro Ruíz Uribe, super delegado federal en la entidad, estuvieron en comunidades y campos pesqueros a quienes les entregaron créditos a la palabra por un monto de 25 mil pesos, y prometió bajar recursos para la reparación de escuelas, la construcción de una tienda Segalmex, para que los residentes de esas zonas puedan adquirir los productos básicos a precios razonables y eviten trasladarse a Ensenada, San Felipe o la capital del estado y se comprometió para convencer a Manuel Bartlett, titular de la CFE para que agilice la introducción de las redes de energía eléctrica.
Y, haciendo el ridículo como ayudantes de albañil en la construcción de un piso en una vivienda ubicada en el municipio de Ensenada.
Lo que no deja de ser paradójico, porque hoy para el presidente López Obrador y sus subordinados esas acciones son ayuda para el pueblo bueno, y similares llevadas a cabo en administraciones gubernamentales de priistas y panistas, el Peje las consideraba como “vulgares e ilegales programas electoreros", de las que se valían los gobiernos para sacar raja política de las necesidades de los que menos tienen.
Por lo que se refiere al adoctrinamiento a los “Servidores de la Nación”, Gabriel García el moderno Joseph Goebbels de López Obrador, es responsable de inducir y adormecer a los empleados de Bienestar para que hagan suya la pantomima llamada 4T y entreguen sin condicionalidad su mejor esfuerzo en cada ocasión en que le sea requerido, mostrando la lealtad irreflexiva que exige el hijo predilecto de Macuspana, tarea que realizó en los municipios de Tecate y Tijuana.
Respecto a la corrupción en que por omisión e indolencia Alejandro Ruíz Uribe y Gilberto Herrera Solórzano han incurrido al solapar los abusos cometidos en contra de los “Servidores de la Nación” que van desde explotación laboral, lo que generó el fallecimiento del empleado Pedro Medel, la sustracción de percepciones salariales de funcionarios dados de baja, y la anuencia para la venta entre los funcionarios de certificados apócrifos de preparatoria (ilícito denunciado ante la FGR), que son la práctica cotidiana de sus protegidos Evelyn Sánchez Sánchez, Adriana Medina y Alfredo Godínez Negrete, Gabriel García Hernández puso oídos sordos a las denuncias de los afectados y partió como si nada pasara a la CDMX.
Y mientras tanto….
Los fríos números nos indican la ineficiencia e ineficacia con la que se ataco la pandemia en Baja California.
No hay comentarios:
Publicar un comentario