Mientras en las casas se acentúa el olor a cloro y en algunas familias aumentan los conflictos por tener que permanecer juntos día y noche, las mascotas siguen moviendo colas y parando orejas ante nuestros cambios de humor.
Y afuera, el mundo sigue su dolorosa marcha:
Han muerto alrededor de 38 mil personas y hay 760 mil infectados.
Farmacias y supermercados, suben precios sin compasión; tiendas de lujo hacen “baratas”, esperando que los aburridos den clic y compren en línea; y cruceros ofrecen dos por uno, para animar a viajar en barcos en cuyas cabinas se han encontrado rastros de la infección, a semanas de los primeros casos.
Ansiando deshacerme de noticias catastróficas y en tanto los mexicanos comprobamos que, por su obsesiva necedad y tontera, López Obrador no es el presidente que necesitamos en estos difíciles momentos, busqué algo positivo para compartirles esta semana.
Y encontré un mensaje de Gabriela del Río Tirado, hija de una hermana de Matías y semejante a esas semillas capaces de florecer, dónde se les siembre.
Era la primera que llegaba a la clínica cuando Matías era internado y me extendía el comprobante de que había dado sangre; solidario gesto, que podrá entender quien ha tenido enfermos graves para los que hay que conseguir, de prisa, donadores.
Me envió ahora algunas buenas noticias advirtiendo que es mejor difundir esperanza, que miedo.
Y a las suyas añadí otras, de varios medios:
*China cerró ya, el último hospital para el tratamiento de pacientes con coronavirus; y este sábado, entre muestras masivas de gratitud, el personal sanitario dejó Wuhan.
*Por su excelente manejo de la situación, disminuye el número de nuevos casos en Corea del Sur.
*El Departamento de Sanidad de la India informó, que todas las instituciones médicas privadas pusieron recursos y personal a disposición del gobierno.
*La Organización Mundial de la Salud, OMS, anunció que en España y Noruega se está experimentando un tratamiento que combina cuatro fármacos; resultado del programa Solidarity Trial, en el que participan 45 países.
*En universidades de Israel, Canadá, México, China y Estados Unidos, hay avances en la investigación de vacunas; farmacéuticas trabajan en lo mismo y se calcula estará a fines del 2021.
*Laboratorios que colaboran con las dos redes mundiales para la investigación biomédica: Coalición para las Innovaciones y Preparación para Epidemias, tienen identificados una treintena de medicamentos potenciales; uno está en fase III, la última antes de su aprobación.
*La COPREFIS mexicana aprobó cuatro ensayos clínicos experimentales.
*Italia aplana su curva de enfermos.
*Hay decenas de miles de sobrevivientes; entre ellos, viejitas mayores de 90 años.
*Con el plasma de recién recuperados, se podría tratar a otros infectados.
*Ante la atroz situación en EU, Putin envió a Trump equipo y medicamentos.
*China regaló a México cien mil kits para muestras.
*El Ejército de Liberación Nacional, última guerrilla activa de Colombia, declaró tregua.
*Museos, ballets, óperas, editoriales y hemerotecas, pusieron sus acervos a disposición del público.
*Animales y plantas han descansado; y esa naturaleza, a la que fuimos dando poco a poco en la torre, ha ido sanando en estos meses de cuarentena.
*Ha mejorado la calidad del aire, el agujero de ozono se redujo en dos terceras partes, la temperatura global descendió más de un grado, lucen claros y con peces los canales de Venecia, hay zorros en los bosques, jabalíes y pumas en las ciudades, delfines en las costas, cantan pájaros que habían dejado de hacerlo porque el ruido les genera estrés y en Santiago de Chile, cóndores planean y se posan en azoteas.
*Venados, sapos y salamandras que suelen atropellarse en carreteras europeas, transitan sin peligro; gaviotas de cabeza negra han vuelto a anidar en la arena del río Loira, sin susto por caminantes, perros o canoas; orquídeas salvajes crecen sin ser arrancadas y abundan pastos y flores para abejas, aves y mariposas.
Celebremos, además, que el virus no se trasmite por aire, agua o alimentos y que las mascotas no se contagien.
Pero me intriga que en otros países se desinfectan las calles y acá nadie dice nada sobre eso.
Y lo más triste es que aislarse, sea privilegio de pocos que tenemos casas cómodas, luminosas y ventiladas, comida, internet, y medicamentos; y millones deban sobrevivir en viviendas reducidas, insalubres y sin agua y salir a trabajar para que sus familias coman; y que miles de mujeres, están encerradas con sus abusadores.
En vísperas de la crisis económica que como secuencia del coronavirus se avecina, ojalá hayamos comprendido la urgencia de cambiar comportamientos, porque los enemigos no son solo los virus; sino, sobre todo, la marginación, la desigualdad y la pobreza.
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