miércoles, 18 de marzo de 2020

Ajedrez Político: La parábola que nos enseña no caer en el chisme ni miedo frente al coronavirus

* NO A RUMORES; SÓLO HACER CASO A LAS MEDIDAS DE PREVENCIÓN.
Por Sergio Anzures.
Un amigo médico de Tijuana al preguntarle sobre las medidas de prevención en México diseñadas para evitar la propagación del coronavirus, me contestó:
“Hacer caso a las medidas de prevención a tiempo y que se lleven a cabo como debe ser, es lo mejor para impedir la propagación del virus, contenerlo y erradicarlo”.


No caer en el chisme que lleva a la psicosis y al miedo, y me envió esta parábola en video y que aquí transcribo.

Un día le dice un abuelo a su nieto Dámaso
—No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo esta tarde.
A lo que Dámaso le contesta
—Abuelo no diga tonterías—.

Dámaso se va a jugar billar, era especialista en hacer carambolas, estaba jugando y había una carambola facilísima de hacer, y su amigo Pedro le dice.

—Te apuesto un peso a que no haces esa carambola—.

Tira la carambola y no la hace, paga su peso y todos le preguntan —¿ por qué fallaste, si era una carambola sencilla, burlándose de él?—.
Contesta.

—Lo que pasa es que mi abuelo me dijo que algo grave va a suceder en el pueblo esta tarde, y eso no se me quita de la cabeza—.
Se fue Pedro para su casa y empezó a contar la historia de cómo le sacó un peso a Dámaso y dice.

—Mira que tonto Dámaso, que su abuelo esta diciendo que algo grave va a pasar en el pueblo esta tarde—.

Entonces le dice su madre
--No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen—.

La mamá de Pedro va para con el carnicero a comprar y le dice.

—Véndame una libra de tocino, y en el momento que se la están cortando, agrega: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado—.

La señora se fue y llega otra cliente a comprar 4 libras de carne, y el carnicero le dice.
—Lleve 8 porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar esta tarde, y se están preparando y comprando cosas—.

Para la una de la tarde ya no había en el pueblo carne, sal ni arroz, todo el pueblo estaba en la plaza desesperados porque pensaban que algo grave iba a suceder en el pueblo.
Uno de repente dice.

—Que calor hace. Nunca había hecho tanto calor aquí. Y miren esas palomas—.
Otros dicen.
—Pero esas palomas siempre han venido aquí—.
Sí, pero nunca a esta hora. Algo grave va a suceder en el pueblo.
Todos estaban asustados, hasta que uno dijo.
—Yo sí soy valiente, yo salgo corriendo...
Y empezó a correr y luego el otro y el otro. Todo el pueblo escapaba, hasta que uno dice.
—Pero yo no le voy a dejar el pueblo a eso grave.

Se devolvió y quemó su casa y otro quemó la de él y otro y otro.

Todo el pueblo salió como desplazado por una guerra, mirando como su pueblo ardía en llamas.

En eso salió el viejito, el primero que habló y les dijo.

—Ya ven, yo les dije que algo grave iba a suceder en el pueblo esta tarde—.
Ese es el poder del miedo, el chisme, como se contagia el miedo.

Frente al coronavirus no hay que dejarnos llevar por el chisme sino por la información objetiva y hacer caso a las medidas de prevención.

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