Carlos Atilano Peña es traidor por excelencia y como no logró su cometido con MORENA, ahora prácticamente se enfrenta al gobernador electo, Jaime Bonilla Valdez, al pedirle no insistir en su pretensión de ampliar la gubernatura de dos a seis años.
De repente se convierte en enemigo de Bonilla Valdez, quien siempre lo apoyó en MORENA, tanto que se lo recomendó a Arturo González Cruz, alcalde electo, para que coordinara su campaña.
Carlos Atilano es un conocido chapulín de la política, brinca de un lado a otro y negocia si es posible con el mismo “diablo” y lo traiciona.
Siempre ha estado aferrado a ser presidente municipal de Tijuana, fue candidato del PRD en el 2001, y buscó nuevamente esa candidatura ahora independiente en el 2016, pero no consiguió las firmas necesarias que exigía la autoridad electoral.
En este año quiso ser candidato de MORENA a la presidencia municipal de Tijuana y nuevamente quedó en la orilla, el candidato de MORENA a la alcaldía, Arturo González lo nombró coordinador de su campaña.
En cuanto llegó a esa posición, fiel a su costumbre empezó a querer manejar todo a su conveniencia y en poco tiempo lo hicieron a un lado.
A sus pocos seguidores les aseguraba que iba a ser Secretario del Ayuntamiento y andaba repartiendo puestos, sin todavía ganar la elección.
En plena campaña su amigo Román Aboytes se le retiró, porque sabía que Atilano Peña iba para abajo.
Luego de quedar fuera del gobierno que encabezará Arturo González Cruz, ahora se enfrenta al ingeniero Jaime Bonilla Valdez, al declarar hoy que debe desistirse del tema de la gubernatura de seis años.
Quizás a partir de hoy, Carlos Atilano Peña se convierte en un enemigo del gobernador electo, Jaime Bonilla, como prácticamente lo es del actual mandatario estatal, Francisco Vega.
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