Por Sergio Anzures.
Semanas atrás, una profesora de una primaria de la Zona Este, delegación La Presa Rural, recibió una llamada a su celular con una advertencia: “Te vamos a matar pinche vieja, porque no dejas que los niños disfruten de la música popular (corridos)”.
También recibió mensajes de texto: “Te vamos a matar HTPM”.
Asustada, la maestra buscó al departamento de Seguridad Escolar de la Secretaría de Educación del Estado, quienes canalizaron la denuncia ante él área de Seguridad Cibernética de la Policía Federal.
La amenaza fue porque la profesora no permitió que sus alumnos (niños) no bailaran en un festival escolar un corrido violento.
Lo anterior es un ejemplo de cómo en redes sociales, medios electrónicos, televisión y cine, reúnen los elogios y las alabanzas a favor de actos cometidos por estos.
Este comportamiento va en aumento y tal parece que la sociedad está acostumbrada a ello.
Desde los sectores de la sociedad más humildes, hasta los más pudientes, han dado la bienvenida a este tipo de comportamiento que parece tomar mayor terreno social. La apología del delito ya no es una moda solamente, ahora se trata de una cultura que prevalece en muchas esferas de la sociedad.
Psicólogos e investigadores sociales coinciden en que jóvenes, mujeres y hombres influenciados por las redes sociales y programas televisivos —quienes detrás del anonimato provocan los conflictos más violentos y agresivos a través de las redes sociales—, dejan de manifiesto su apoyo a quienes delinquen y lastiman a la sociedad.
En los peores casos, jovencitas acompañando a sus honorables galanes al antro, cerca de las 2 y 4 de la mañana, bajo el calor de las copas y con un poco de música que hace alusión a las conductas delictivas, protagonizan las más violentas trifulcas de la ciudad y de todo el país.
Los especialistas señalan que basta con recorrer las colonias después de las seis de la tarde o las escuelas primarias y secundarias, para escuchar esas melodías que invitan al consumo de alcohol y drogas; canciones o corridos "recargados" como algunos dicen.
Agregan: "Incitar a cometer todo tipos de delitos y asociarse con delincuentes, nos hace suponer que algo no está bien en la sociedad que lo acepta, pero menos en quienes la cantan o producen".
Ya no es exclusivo de sólo un sector de la sociedad, colonias populares, fraccionamientos refinados, residencias y privadas muy exclusivas abordar este gusto musical, que pareciera que cada día debemos acostumbrarnos a escucharlo con volumen alto, cantando e idolatrando pistoleros; algunos creados.
Debemos reconocer que la cultura del delito, no sólo es la letra de la música sino también las series televisivas, telenovelas y videoclips que invaden las cadenas televisivas y medios electrónicos donde se promueven la violencia de género, el feminicidio, la violencia y la delincuencia.
La aceptación del discurso en defensa o alabanza de una persona o un hecho delictivo, refleja un claro ejemplo del nivel de descomposición social que vive nuestra sociedad.
Los estudiosos resumen: Aplaudir o tolerar los actos más violentos en los que se ven involucrados las y los jóvenes, condenara a nuestra sociedad al fracaso y estancamiento en donde los grandes ausentes serán los principios y valores en casa, escuela y trabajo.
Presiona la imagen y...
--------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario