lunes, 13 de mayo de 2019

Ajedrez Político: Las avenidas y bulevares de la muerte

* El PROBLEMA VIAL, UN CONFLICTO DE SALUD PÚBLICA EN TIJUANA;  LA IRRESPONSABILIDAD DE CONDUCTORES Y DE AUTORIDADES.
Por Sergio Anzures.
Sólo en el 2018, en dos puntos conflictivos del bulevar 2000, se registraron cientos de accidentes automovilísticos que dejaron un saldo de más de 13 mil lesionados y 103 muertos. Sin embargo, en la ciudad hay otras zonas donde a diario se registran accidentes viales.


Hay ingenieros viales que sugieren implementar una campaña para fortalecer la educación y cultura vial; sin embargo, aquí cabe hacer una reflexión: ¿Quién es más culpable? ¿El ciudadano que no respeta el reglamento (límites de velocidad, señalizaciones en general) o el agente de tránsito que no aplica la ley ni sanciona a quienes la infringen?

Pero no sólo en la Zona Este de la ciudad hay accidentes, por lo general se registran en vialidades como los descensos Otay-Buena Vista, Playas-Centro-vía Internacional o Libramiento Rosas Magallón y Lázaro Cárdenas.

El incremento de los accidentes de tránsito por alcance o exceso de velocidad ocupan los primeros lugares, según datos de las autoridades municipales de Tijuana, existiendo una relación con el uso de distractores como teléfonos u otros aparatos electrónicos cuando se conduce el automóvil.

De la misma manera sucede cuando el conductor textea, se maquilla o sencillamente no asume su responsabilidad.

Aunque son pocas las vialidades que desfogan, en determinadas horas se vive un momento de estrangulamiento de vialidades, y ante eso poco hacen las autoridades para despresurizar los embotellamientos de las principales vialidades, también es cierto que gran parte de la problemática la provoca el conductor ante la falta de cultura vial.

El exceso de velocidad, la irresponsabilidad y la ausencia de cultura vial, así como el uso de los elementos distractores como teléfonos celulares, están convirtiendo un problema vial en un problema de salud pública.

Cierto es que hoy la ciudadanía cuenta con inspectores en vialidades y dispositivos de tránsito, como los matutinos en bulevar Cuauhtémoc Sur y Santa Fe, pero también se requiere que dentro de la obra pública se implementen nuevos modelos de vialidades, o simplemente en algunos espacios los reductores de velocidad, como es el caso del descenso de libramiento Rosas Magallón a Lázaro Cárdenas, donde el conductor a partir de la delegación Margarito Saldaña, jamás reducen su velocidad en el descenso y entronque con Díaz Ordaz, registrando accidentes lamentables a la altura de la llantera “Jaramillo” .

Está problemática se vivía en Bulevar Fundadores en el que las graves consecuencias se registraron en la calle Brasil o Bulevar Agua Caliente, dónde los vehículos de carga no reducían la velocidad y se registraron hechos muy lamentables, según puede consultarse en publicaciones de medios de comunicación o estadísticas oficiales.
Ingenieros viales indicaron que sería importante que la autoridad municipal reconozca y actúe ante la urgente necesidad de implementar estos dispositivos correctivos, así como el fortalecimiento a las campañas de educación y seguridad vial, además de la sanción y concienciación de los conductores de vehículos automotores.

Otro factor muy grave en el incremento de los accidentes viales, es el transporte público, sus choferes que no respetan nada, juegan arrancones en las calles y avenidas.

Nadie les pone un alto; calafieros y camioneros hacen lo que quieren, decenas de accidentes han provocado en diversas zonas de Tijuana.
Así pues, ante la ausencia de autoridades que supervisen el comportamiento del conductor, más allá de las placas norteamericanas que parece interesarles más, las calles y vialidades de Tijuana seguirán siendo de la muerte.

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