Por Alfredo Calva
No han bastado las prácticas de oídos sordos y la técnica de la avestruz para la alcaldesa Mirna Rincón Vargas, para disuadir y eliminar los reclamos de sus gobernados ante su incapacidad política y de combate a la inseguridad, que ahora le suma a esas “políticas publicas”, yerros e ilegalidades que afectan a rosaritenses.