domingo, 26 de noviembre de 2017

Nada ni nadie para la violencia

Por Teresa Gurza.
Crece en México la violencia ante un gobierno indiferente y que ha abandonado su principal tarea, que es la protección de sus ciudadanos; lo que lo ha convertido en cómplice de los criminales.


Aumentan los asesinatos sin castigo, ante unos partidos políticos que solo tienen cuerda para verse los ombligos; enfrascados como están, en los procesos de elección de sus candidatos plagados de halagos y zancadillas.

Y ante unos legisladores más preocupados por sus propios intereses, que incluyen la autorización variación de moches y aguinaldos millonarios, que por cumplir con su encomienda legal de designar fiscales.

Hemos llegado así, a una más que peligrosa situación; porque ahora no solo se matan entre capos de bandas rivales, integrantes de los carteles y soldados, o policías y ladrones; sino que aumentan los homicidios, contra víctimas inocentes de todas las edades.

Indignan, sobre todo, las violaciones y asesinatos de muchachas y niñas; entre las que están las cuatro hermanitas violadas en Chihuahua, hasta la muerte de una de ellas; las 22 mil víctimas de feminicidios en los últimos nueve años y las dos mil 813 mujeres sacrificadas el 2016, cuando se registró la más alta cifra en dos décadas; que ojalá y no sea superada, por los números de este año.

Todo indica que seguros como están de quedar impunes, a los criminales dejaron de importarles edades, ocupaciones o sexos de sus posibles víctimas; y que actualmente secuestran y matan, por los deseos de una relación sexual, pocos pesos o simple venganza.

Las notas de la ola de violencia que ataca México, dan vuelta al mundo como si fuéramos país en guerra; y precisan que sólo durante este octubre, se denunciaron dos mil 371 asesinatos.

Y todos sabemos, que no son ni cifras completas ni muy confiables: porque únicamente el uno por ciento de los delitos son denunciados; y un número todavía menor, resueltos.


“De este tamaño es la impunidad en México", dice un reporte hecho por el investigador Guillermo Zepeda como parte del proyecto Impunidad Cero, citado por Antonio Baranda en el diario Reforma.


Ese documento señala más adelante, que las Procuradurías o Fiscalías con menor probabilidad de esclarecimiento de delitos, son las de Yucatán, Veracruz, Morelos, Guerrero e Hidalgo.

Pero a pesar de las cifras criminales en constante alza y de los números duros que muestran los peligrosos niveles de violencia, las autoridades parecen no impresionarse; y no hay foto de prensa, en la que no salgan risa y risa.

Les pasa lo contrario que a los ciudadanos comunes, que vivimos aterrados por el constante temor de que nuestros seres queridos no regresen a casa.

Y únicamente los asesinatos muy sonados o mediáticos como los de varios alcaldes o el del ejecutivo de Televisa, Adolfo Lagos Espinosa, balaceado por su nada eficiente escolta en un incidente reciente y poco claro, reciben atención oficial; y son “resueltos” con rapidez, aunque no siempre con eficiencia y veracidad.

Tampoco parecen advertir los gobernantes, que el raquítico salario mínimo que acaba de ser aprobado, constituye una forma de violencia contra los que menos tienen.

Y será también factor de incremento de actos violentos, por la frustración y la angustia que ya está provocando entre quienes solo tienen esos pesos, o menos de eso, para dar de comer a sus familias; y que al comparar las suyas, con las percepciones que reciben legisladores y políticos con el dinero de todos, seguramente pensarán que las reglas no están siendo parejas y pueden intentar equilibrarlas.

Acrecienta así mismo la posibilidad de violencia, la burla presidencial celebrando los poquito más de ocho pesos de aumento; lo que me recuerda esa consigna que antes se coreaba en actos de los partidos de izquierda y pareciera ahora olvidada: "salario mínimo al Presidente pa´que vea lo que se siente".

Antes de terminar quiero anotar en este artículo, que es vergonzoso mirar en periódicos y noticieros, la servil sonrisa y sumisa actitud de José Antonio Meade ante Luis Videgaray, tras los elogios que de él recibió en reunión con el Cuerpo Diplomático acreditado; lo que muestra, que el titular de Relaciones Exteriores se siente el verdadero dueño del dedazo.

Y por más que nos llame a todos “despistados”, Peña Nieto debiera darse cuenta que su amigo del alma parece encantado de que la gente crea que es él, y no su jefe el Presidente, quien decide tiempos, modos y al sujeto favorecido por el destape.

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