El líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, ya enfada con su ensayada perorata de acusaciones en contra de los priístas y sus gobiernos corruptos, cierto es, que el tricolor no se ha distinguido por generar de entre sus filas funcionarios con probidad y verdadero compromiso con sus gobernados de trabajar en favor de los intereses comunes y buscar a través de las políticas publicas, una mejor calidad de vida para sus gobernados.
De que son gobierno corruptos y corruptores, lo son.
Pero, también cierto es, que el bocón dirigente de mirada de águila para escudriñar el comportamiento de los priístas, se torna en un estólido invidente cuando se trata de juzgar la probidad, trabajo y aplicación en las tareas gubernamentales de sus copartidarios, y claro ejemplo de ello es su reciente visita a esta entidad, en la que el gobernador del estado, Francisco Vega, tiene y mantiene desaparecidos cerca de 500 millones de pesos pertenecientes a la máxima casa de estudios, la UABC.
Y, sin mezclar los mas de 112 millones de pesos que la PGR investiga su paradero, y que la administración de "Kiko" Vega trata de mantener en sigilo, dinero que fue enviado por la federación y que hasta el momento el titular de finanzas del estado, Antonio Valladolid, no ha dado respuesta de su paradero.
Resulta curioso la forma de evaluar del panista Anaya, tal parece que los señalamientos de corrupción en contra de los gobiernos emanados de su partido son predicaciones en el desierto, son situaciones que no se deben de tomar en consideración para no afectar su discurso de doble moral, porque de atenderlos lo obligaría a cambiar su estrategia de mirar la paja en el ojo ajeno, pero ignorar la viga en el propio, operación que hasta el momento le ha servido para vapulear a los priístas.
Hay que reconocer también, que gracias a la famélica capacidad política de los tricolores, Ricardo Anaya a salido victorioso de todos los debates en los que ha participado en contra de ellos, los priístas no han tenido la habilidad de recaudar la información para atemperar los ataques de Anaya con base en la corrupción que existe en los gobiernos panistas, y si no lo creen, solo volteen a ver a los municipios de Rosarito, Mexicali y al ejercicio gubernamental que viene haciendo, si a eso se le puede llamar así, de Francisco Vega.
O, recordemos a Padres en Sonora, quien la actual gobernadora, Claudia Pavlovich, busca afanosamente meterlo a la cárcel, y en cada uno de los estados en que eran gobierno hasta antes del pasado cinco de junio, están en similares circunstancias.
En fin, es obvio que si los priístas que son los señalados no se defienden, nadie lo hará, pero ya es molesto estar escuchando la misma cantaleta moralista y de probidad gubernamental del líder panista, harta oír las acusaciones de corrupción que lanza en contra de sus enemigos políticos, cuando sabemos que al interior de su partido y en los gobiernos emanados del mismo, se revuelcan en el mismo lodazal que los tricolores.
Ricardo Anaya, es un candil en lo externo, pero una oscuridad en su partido, cuando en materia de corrupción se trata.
Y mientras tanto….
El impoluto bajo la óptica de su amigo Ricardo Anaya, el gobernador Francisco Vega, se encuentra a la espera del nuevo préstamo de 500 millones de pesos que le autorizo la XXI legislatura antes de irse, para, seguramente, pagar el dinero que desapareció de las arcas, perteneciente a la UABC.
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