Conozco muy buenos agentes de la Policía en Rosarito, personas positivas, hombres de familia, sanos y entrones, comprometidos con su profesión a la que toman muy en serio.
Siempre he creído que para ser Policía y más en Rosarito, se requiere estar un poco mal de la cabeza, algo deschavetados pues, por los altos riesgos que corren a diario y pese a todo lo mal recompensados, escasamente reconocidos económica y socialmente, por más ganas que le pongan a su trabajo son vituperados por buena parte de la sociedad.
Sin hablar de la cultura del crimen que ha permeado a la sociedad, el capital social del hampa, según los especialistas, pero eso ya es otro boleto muy complicado. Mis buenos amigos policías sin embargo no se amilanan, le echan los kilos, salen a las calles con optimismo, varios ya estudian su prepa, otros para abogados, contadores, artesanos, técnicos y hasta chefs.
Tienen un sentido del humor muy especial, algunos hasta se sueñan artistas de la pantalla. Por desgracia la imagen de los uniformados no mejora un ápice, pues está visto que de buenas intenciones está sembrado el camino al infierno.
Los policías siguen sumergidos en un sistema “corrupto y corruptor”, manipulados por los intereses mezquinos de políticos corruptos, sin escrúpulos. Esos que no tienen llenadera y que se vuelven locos cuando llegan al poder.
Hoy en “El Día del Policía”, esos mismos funcionarios se llenan la boca con discursos floridos y más promesas falsas, empezando por el morenazo alcalde Silvano Abarca Macklis y su compinche Fernando Serrano García, el Secretario General de Gobierno.
Sin mencionar a los que han estado al frente de la Policía en el actual trienio, está claro que las cosas no mejoran en la Policía y como siempre los más afectados somos los ciudadanos inermes, silentes.
Cuando se nos prometió “Un Rosarito Seguro”, nuestros gobernantes pronto se olvidaron de esto pues pesan más sus ambiciones personales, sus compromisos políticos. Queda claro también el fracaso del Gobierno Silvanistas en ofrecer a los rosaritenses un lugar tranquilo y seguro.
Las cifras de asaltos a Casa-Habitación, a comercios, a los turistas son elocuentes, de ello habla la percepción ciudadana y de quienes nos visitan cuando en Rosarito la inseguridad está a la orden del día. Las estrategias de acuerdo al Plan de Seguridad para Rosarito, si es que alguna vez se tuvo alguna no funcionan.
Acaso algún ingenuo u despistado esperará mejoras a pocos meses de que concluya este gobierno. Felicidades a los buenos Policías en su Día. Sus familias y su esfuerzo propio lo merecen. Feliz Año Nuevo para todos.
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