Cuando se designa o nombra a alguien, para ocupar u ostentar algún cargo, aunque existan dudas o desconfianza respecto al papel que desempeñará, se dice que en el peor delos casos, se le debe conceder el beneficio de la duda. El tiempo dirá si pudo con el paquete o le quedó grande el saco.
A casi nadie sorprendió que el joven Jaime Chris López, arribara a la dirigencia estatal del PRI, al concluir el período de cuatro años de Nancy Sánchez Arredondo, que abandonó al integrarse a la llamada Cámara baja, como Diputada Federal.
Y no sorporendió, por su liga con el dirigente máximo del PRI, Manlio Fabio Beltrones. Su padrino.
Pero además, los priístas bajacalifornianos pasaron por alto la falta de experiencia o de ascendencia de Chris, pues consideraron que era preferible tolerar al ahijado, que soportar a alguno de los representantes de las dos corrientes en que desde hace años ha estado dividido el priísmo.
Incuso, supusieron que el castrotrentismo y el hankismo serían sustituidos por una nueva corriente, que sería el beltronismo, precisamente encabezada por su ahijado, Chris López.
A tres meses de distancia, con el proceso electoral encima, el priísmo bajacaliforniano, anda “patas pa´arriba”. El tal Chris está que no da color. No se la acaba.
Los priístas, se niegan a reconcer, que Chris no es Manlio. Que fue un mero espejismo el tratar de ver en este jovenzuelo, la madurez política y experiencia del exgobernador sonorense.
Pensaban que, tratando bien a su ahijado, se ganarían el aprecio del padrino. Pero no fue así.
Manlio designó a su ahijado, porque no tiene en Baja California a nadie en quien confiar.
Lo único que tenía seguro, es que no se podía apoyar en nadie de las corrientes políticas prevalecientes en a entidad. Aquí solamente había de dos “sopas” : hankismo y castrotrentismo, y las dos tenían congestionado al priísmo de Baja California.
Además, requería de tiempo para tomar el control del PRI a nivel nacional. Sabía que si designaba a su ahijado, nadie respingaría.
Acaba de sacar los comicios de Colima y obtuvo el primer triunfo de los comicios que habrá durante el presente año, a nivel nacional.
Ahora que tenga tiempo y que voltee a Baja California, Manlio Fabio tendrá que reconocer que su ahijado, no ha podido con el paquete. Como dirían en el rancho, que “le quedó grande el saco”.
Tendrá que reconocer, que las drigencias partidistas, no son como un “carrito nuevo”, para regalar a su ahijado.
Observará que si deja a Chris más tiempo en la dirigencia del PRI bajacaliforniano, lo va a encontrar todo “destartalado”.
Seguramente, hasta ahora, cada vez que le hablaba por teléfono o lo visitaba, en la ciudad de México, le contaba lo bien que lo han tratado, como dirigente estatal.
Pero para nada, se ha de haber atrevido a confesarle que se le está haciendo “bolas el engrudo”.
Que castrotrentistas y hankistas, se le han montado. Que cada quien hace lo que les da la gana.
Que, unos y otros, andan desbocados. Que ninguno le guarda el mínimo respeto. Sobre todo al observar que el padrino, anda más preocupado y ocupado con los problemas electorales de otras entidades, que tienen mucho más peso político que Baja California.
Por eso es que, Enrique Acoasta Fregoso, el principal representante del castrotrentismo, en la capital del estado, les ha hecho creer que tiene la “bendición” de Manlio Fabio, para buscar la candidatura priísta para la alcaldía mexicalense.
Incluso, raro es que los hankistas le han ayudado a dar esa apariencia.
Por eso, casi en pleno proceso electoral, se ha desatado un escándalo, protagonizado, entre dos exalcaldes priístas, Carlos Bustamante Anchondo y Jorge Hank Rhon, con la participación del alcalde en funciones, Jorge Astiazarán, tan solo por la operación de un casino.
Que no hay en Baja California, un verdadero liderazgo partidista, que les llame a la concordia y les obligue a establecer un compás de espera, en tanto pasan los comicios de junio del presente año.
Un liderazgo, que invite a todos los priístas a la cordura, a tal grado que muchos se han dejado llevar por el “canto de las sirenas” con las llamadas candidaturas independientes.
Tal vez será que el ahijado anda “echo bolas”, con eso de las alianzas y los problemas de la equidad de género. Tal vez.
Si es eso, seguramente se le “descuadrará el cuadro”, cuando haga la asignación de candidaturas y surja la rebelión de los desfavorecidos.
Y entonces, ni la presencia de Beltrones será suficiente para que las aguas priístas vuelvan a su cauce.
Va a ser un absurdo, haber ganado Colima y perder Baja Calfornia. Aunque aquí no estará en juego la gubernatura, el encargado del priísmo en Baja California, es su ahijado.
Y su ahijado, le rendirá cuentas mochas, por la simple y sencilla razón de que “le quedó grande el saco” de la dirigencia estatal del PRI.
gil_lavenants@hotmail.com
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