* El daño que causa a candidatos la "fauna de acompañamiento"
Por Hugo Isaac Rea Torres
APÓSTATAS.- El reducido grupo de políticos que dirigen los destinos de los bajacalifornianos en cuanto a sus necesidades sociales, económicas, políticas, científico-tecnológicas, culturales, morales e incluso religiosas, andan en busca solo de beneficiarse ellos y sus partidos políticos al renunciar a sus principios ideológicos, al ir con descaro en alianzas partidistas sobre las posiciones políticas que estarán en juego en junio próximo.
La decisión de abandonar el sustento de las ideas y convertirse en “organismos pragmáticos”, va más allá de las ventajas o desventajas electorales que esto supone, pues se presume que el espíritu de toda organización política se fundamenta en ideas, las cuales parece que se les agotaron o los abandonaron para suplirlas por la sobrevivencia política, ya que muy pocos han demostrado saber desarrollar otro tipo de actividad realmente productiva en beneficio personal y, sobre todo, de su colectividad.
La abulia social ha sido el principal ingrediente que ha abonado para que permanezcan los “vividores de la política”, quienes han olvidado que uno de sus orígenes debió haber sido siempre la inclusión ciudadana, pero esa indiferencia social, a su vez, les ha servido para mantenerse a través de mentiras brincando de cargo en cargo, al grado que en plenas campañas políticas son capaces de prometer que “harán inalámbricos a los voladores de Papantla”, solo para seguir “mamando de la ubre oficial”.
Una de las alianzas consideradas “contra natura” es la de los partidos que se han auto definido de izquierda y derecha, los extremos: PRD y PAN, aunque hay otra que es vista como lo que es: delincuencia política organizada representada por el PRI y el PVEM, a quienes algunos partidos satélites ya están planeando sumárseles en sus aspiraciones para mantener las prerrogativas que tienen, aunque no haya autoridad alguna que les exija un control de calidad en el “producto” que ofrecen a la sociedad.
Por ello, ésta debería ser una gran oportunidad para exigir que se observe en la nueva Ley Electoral la eliminación de la alianzas partidistas, para que se cancele el registro a todos esos que no han visto en la actividad política nada más que una agencia de colocaciones que opera a costa de los impuestos ciudadanos.
Verbigracia, reflexionando sobre las medidas preventivas o sancionatorias que se aplican a los comerciantes que realizan publicidad engañosa y prácticas comerciales fraudulentas, así como el papel de la Profeco en defensa de los consumidores, cabe la pregunta: ¿será factible hacer un código o disposición legal para combatir la publicidad política engañosa o fraudulenta?
¡Sin duda!, pues sería una suerte de “Profeco del comercio político”, pues finalmente los partidos y sus candidatos ofertan un producto con ciertos atributos y cualidades que sobre la marcha nos damos cuenta que son un engaño. Las democracias parlamentarias frecuentemente hacen obligatorio el cumplimiento del programa electoral como también, los pactos interpartidistas, para generar mayorías. Incluso contemplan las elecciones anticipadas en caso de que se rompan esas alianzas legislativas para generar una nueva mayoría. Habría que ver cuán dispuestos están los partidos mexicanos para aceptar ese control político indispensable en democracia.
Los partidos políticos, al entrar a la dinámica de las alianzas están renunciando a su responsabilidad social, política, ética e histórica: la de luchar por la construcción de una sociedad más justa y más desarrollada; una sociedad realmente libre.
Entonces pues, resulta claro que las alianzas representan ambición. Lejos están de los afanes de mejoramiento social que afirman encarnar.
Por ello, ante el descaro en que incurren todos los partidos políticos, sólo queda seguir pugnando por la apertura de los espacios de poder a la sociedad civil.
VIVIDORES.- Es menester mencionar que en estos días, en que menudean los “filántropos” que dicen ayudar a través de Asociaciones Civiles, pero que sólo las usan como bambalinas tras las que esconden su verdadero rostro de “matraqueros”, “meritorios” y “porristas busca chambas”, que venden su “apoyo” al candidato que decida “comprarlos”, es indispensable preservar el rigor intelectual y la única condición que nos mantiene ecuánimes para ser extremadamente críticos.
Es en este tema en el que, quienes aspiran a ser abanderados de los diversos partidos políticos a alcaldes o diputados, deben observar muy bien de qué se compone la "fauna de acompañamiento" que les rodea, pues son tiempos de vivales con intereses aviesos que dicen representarlos y así es como en cada proceso reactivan su modus vivendi.
Hasta aquí la dejamos, no sin antes recomendarles que ¡NO SE ENREDEN!
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