Por Gilberto Lavenant
El dirigente estatal del Partido Encuentro Social, Luis Moreno Hernández, remitió un escrito a los integrantes del cabildo del XXI Ayuntamiento de Tijuana, para hacerles saber que la regidora Martha Leticia Castañeda Rojas, ya no representará a dicha organización política ante el órgano de gobierno municipal.
La condición de regidores, integrantes de un cabildo, se adquiere, como representantes de los partidos que participan en un proceso electoral. En su mayoría, formando parte de la planilla ganadora. Los demás, representando a cada uno de los partidos perdedores.
¿Qué pecado cometió la regidora Castañeda ?
Pues algo “gravísimo”. El haber votado a favor del dictamen de la Comisión de Hacienda del cabildo, que proponía incrementar en 6 pesos bimestrales, el impuesto sobre Alumbrado Público, mediante el cual se pretende financiar la renovación del alumbrado público de la ciudad.
Bueno, también le agregan otros “pecadillos”, como el ostentarse como independiente, después de que llegó a dicha posición, representando al PES.
¿Esta determinación, afecta en algo las facultades o funciones de la regidora Castañeda?
No, en ninguna forma. Ella seguirá fungiendo como tal, durante todo el tiempo de la gestión de la presente administración municipal.
Entonces, ¿cuál es el efecto de dicho desconocimiento?
Simple y sencillamente, que la regidora Castañeda, ya no representará al PES, Partido Encuentro Social, en el cabildo del XXI Ayuntamiento de Tijuana, y se hace constar que el organismo político, no está de acuerdo en el incremento de 6 pesos bimestrales, el impuesto al alumbrado público.
Aunque afirmen lo contrario, para los dirigentes del PES, la regidora Castañeda no tenía la libertad para decidir votar a favor de dicha propuesta. Dicho en otras palabras, debió acatar, incluso contra su voluntad, las consignas partidistas.
Este es el sentido de la partidocracia. Quienes realmente gobiernan, son los que ostentan las dirigencias partidistas. Quienes les representan, en los órganos de gobierno, son simples monigotes, sin voluntad, ni criterio propio. Al menos eso dan a entender.
Pero no solo eso. Por simples posturas electoreras, los dirigentes partidistas se pronuncian en contra, o a favor, de actos o programas, que supuestamente pretenden solucionar o aliviar la problemática social.
Quienes se han manifestado en contra del incremento de 6 pesos bimestrales, en el impuesto al alumbrado público, para el financiamiento de la renovación de las luminarias de Tijuana, no han mostrado interés, por conocer la gravedad del problema de falta de iluminación, ni plantean propuesta alguna sobre opciones distintas al incremento aprobado.
La última palabra, sobre este tema, se dirá, cuando la legislatura estatal apruebe la ley de ingresos 2016, para el ayuntamiento de Tijuana. O bien, si se dicta alguna resolución judicial en contra.
Si tal incremento, queda sin efecto, al menos durante 2016, el gobierno municipal no tendrá recursos, para aliviar las deficiencias del sistema de alumbrado público de la ciudad y, por el contrario, se agudizarán.
Tarde que temprano, Tijuana quedará en tinieblas. Gracias a sus “defensores”, que se oponen al incremento de 6 pesos bimestrales, al impuesto del alumbrado público.
Aquellos que no entienden, que si se les hace caro iluminar a Tijuana, se niegan a reconocer que es mucho más cara la oscuridad. Si a media luz, e incluso a plena luz del día, el índice delictivo es sumamente elevado, al amparo de la oscuridad, este será un pueblo sin ley.
Ni siquiera encendiendo una veladora en cada casa, diariamente, ocurrirá el milagro de que la ciudad se ilumine. Y esto sería más caro, que el pretendido incremento de los 6 pesos bimestrales.
Tal vez, una opción válida, sería suprimir a los partidos chiquitos, que implican un altísimo derroche de recursos, que atienden solamente los caprichos e intereses de sus dirigentes y que no aportan nada para aliviar o solucionar la problemática social.
Una verdadera reforma electoral, debería “subir la canasta”, para que ningún grupúsculo de políticos oportunistas y vividores, integren nuevos partiditos, que cuestan mucho más que las soluciones a los problemas sociales.
Si los dirigentes del Partido Encuentro Social, realmente se preocupan por los tijuanenses, y quieren ayudar a solucionar los problemas sociales, que renuncien a la posibilidad de seguir siendo organización política o cedan a favor del programa de renovación de luminarias, las cantidades de dinero que reciben como prerrogativas y que, al final de cuentas, directa o indirectamente cubre la ciudadanía, pues son recursos públicos.
Cualquier otra cosa que digan o hagan, son meras hipocresías, falsedades, simulaciones. Ni les queda, que se anden rasgando vestiduras. Nadie les cree.
Los partiditos, son un mal, no una solución.
gil_lavenants@hotmail.com
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