Ante la crisis económica que afrontamos, el hablar de incrementos, de precios, de productos básicos o de impuestos o derechos, genera preocupación, molestia, coraje. Como dirían, cualquiera “se para de uñas”.
Aquellos que luchan y se oponen a cualquier incremento, podrían ser calificados o considerados como valientes. Pero los hay que son verdaderos tontos, exagerados o simplemente políticos oportunistas, electoreros.
En el ámbito municipal del municipio de Tijuana, se ha generado un tema, que si bien es cierto, refiere la expresión “incremento”, la postura de los opositores, cae en la condición de oportunistas y electoreros.
Se trata del tema del alumbrado público de la ciudad. El Alcalde panista, Jorge Ramos Hernández, hablaba de un proyecto de modernización del alumbrado público, con un costo de unos 400 millones de pesos. Logró la aprobación del Cabildo, sin chistar, pero se le acabó el tiempo y ni siquiera alcanzó a licitarlo.
El alcalde priísta, Carlos Bustamante, retomó el proyecto, lo licitó, bajo un absurdo contrato de arrendamiento, con un costo de 144 millones de pesos, que pagó casi de inmediato, con altas sospechas de malos manejos. Se trataba de renovar 64 mil luminarias, con el moderno sistema LED. Proyecto que resultó un verdadero fracaso.
Del total de 67 mil luminarias que existen en la ciudad, el 20% están apagadas, 46.6% generan una deficiente iluminación, con alto costo para su mantenimiento. El 30% están en estado regular, pero con sistema obsoleto, que implica altos consumos de energía eléctrica y por lo tanto, costo excesivo. Solamente 2,300 luminarias, o sea 3.4%, son de tecnología LED.
Ante tales condiciones, la ciudad está casi en penumbras, con altos índices de delincuencia. Por lo tanto, urge renovar o modernizar el sistema de alumbrado público de la ciudad.
En principio, el XXI Ayuntamiento de Tijuana, ya aprobó un programa emergente, para ello. El problema es que tiene un alto costo. Se habla de más de 2 mil millones de pesos, incluyendo el costo del consumo, a un plazo de 10 a1año.
Las finanzas del Ayuntamiento, son casi caóticas, de forma tal que resulta imposible acudir a un crédito, para realizar dicho proyecto. La opción, fue incrementar el Impuesto al alumbrado público.
Aunque dicho incremento ya fue aprobado por el Cabildo, el pasado sábado, contra la férrea oposición de varios regidores de partidos opositores al PRI y el Síndico Social, panista, Bernabé Esquer. La aprobación se logró por la vía del mayoriteo.
¿Qué implica el citado incremento, aprobado, que tanto “preocupa” a los “defensores” de Tijuana ?
El Impuesto al Alumbrado Público, actualmente consiste en el pago de 8 pesos bimestrales, para cada usuario particular. Se le agregarán 6 pesos con 58 centavos, bimestrales, sumando un total de 14 Pesos con 58 centavos, cada dos meses. A ese incremento es al que se oponen “los defensores”.
Si el incremento, que se aplicará a partir de julio de 2016, no fuese aprobado, considerando un período de 10 años, el costo del mantenimiento del alumbrado, sería de 532 millones de pesos, que sumados al costo de consumo de energía eléctrica, que sería de 1 mil 700 millones de pesos, implicaría un gasto, para el Ayuntamiento, de 2 mil 232 millones de pesos.
Con el incremento aprobado, el renovar las 67 mil luminarias, con sistema LED, agregado el consumo de energía eléctrica, durante el período de 10 años, el costo ascendería a 2 mil 228 millones de pesos, o sea 3 millones 225 mil pesos menos, que pagarán los ciudadanos, mediante el incremento de 6 pesos con 58 centavos, bimestrales, pero que no implicará gasto alguno para el Ayuntamiento de Tijuana.
Dicho en pocas palabras, es más barato, renovar las 67 mil luminarias, con sistema LED, mediante el incremento de 6 pesos con 58 centavos, bimestrales, en el Impuesto al Alumbrado Público, y sin costo para el Ayuntamiento. De no recurrirse a dicho incremento, además de que sería pésimo el sistema del alumbrado público, tarde que temprano, su costo de mantenimiento y operación, tendría que repercutirse en los tijuanenses, vía impuestos y derechos.
Pero esto no lo endienten los flamantes “defensores” de Tijuana. Pareciera que no saben leer y seguramente reprobaron aritmética en el nivel de educación básica.
Para ellos, lo que cuenta es aparentar, con su postura, que están defendiendo a los tijuanenses. Mero oportunismo electorero.
¿Quiénes son tales “defensores”, que –inútilmente- se opusieron al incremento de 6 pesos con 58 centavos en el Impuesto al Alumbrado Público?
El Síndico Social, panista, Bernabé Esquer Peraza, el Regidor Héctor Riveros Moreno, del Partido Estatal de Baja California, el regidor Luis Felipe Ledezma, del Partido Movimiento Ciudadano y ahora dirigente del Partido Peninsular de las Californias, el regidor, panista, Luis García López, y los regidores Omar Sarabia y María del Refugio Lugo Jiménez, del PRD. El regidor Guillermo Zavala, del PAN, se abstuvo. Como dirían, con esos “amigos”, para que queremos enemigos.
gil_lavenants@hotmail.com
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