Por Gilberto Lavenant
La denominación “Tercera Vía”, tiene múltiples aplicaciones. En el terreno político, es una opción, una corriente de ciudadanos, dispuestos a participar en política, sin necesidad de recurrir al PRI o al PAN, pues “ya chole”, dicen.
Cuentan, que el surgimiento de Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, mejor conocido como “El bronco”, como candidato independiente, que le llevó a lograr la gubernatura de Nuevo León, fue precisamente bajo la modalidad de “La Tercera Vía”.
Pero “La Tercera Vía”, no solo se da al margen de PRI y PAN. También se da al interior de organizaciones políticas como el Partido Revolucionario Institucional.
Los priístas de Baja California, también tienen su “Tercera Vía” Y ellos, con sierta razón o justificación. Desde hace tiempo, el PRI de esta entidad, está fracturado en dos corrientes, lo que ha sido la causa principal de sus derrotas electorales.
La mayoría de los priístas bajacalifornianos, por no decir que todos, o son hankistas, corriente encabezada por el empresario casinero Jorge Hank Rhon, o son castrotrentistas, lidereados por Fernando Castro Trenti, actual Embajador de México en Argentina. Ambos, fallidos aspirantes a la gubernatura de la entidad.
El problema es que la rivalidad entre los integrantes de ambas corrientes, la llevan al extremo. Ningún priísta, puede declararse fiel a una corriente, y formar parte de la otra. Son algo así como los clanes del crimen organizado. Pintan su raya.
Se puede decir, que es más factible ver a un priísta sentado a la mesa con un panista, que ver a un hankista y a un castrotrentista juntos.
Incluso, cuando los castrotrentistas tienen bajo su control, una dependencia de gobierno, ven la forma de desplazar a cuanto hankista se topen en el camino. Lo mismo hacen los hankistas con los castrotrentistas. El principio de reciprocidad, es infalible.
Los que de verdad están amolados, son quienes no pertenecen a ninguna de dichas corrientes, pues siendo estas las dominantes en el priísmo, no dejan que nadie ajeno a ellas logre oportunidades políticas, sean candidaturas o posiciones administrativas. Entonces, los ajenos al hankismo y al castrotrentismo, se la pasan “como el chinito”, nomás milando.
Sin embargo, hay priístas, que tratando de que no los etiqueten como iístas de alguna de dichas corrientes, pues se mantienen al margen, lo más posible
Hoy, que ya se venció el dogma político que afirmaba que el PRI o el PAN, eran invencibles, que el bipartidismo dominaba la política en México, han surgido, con mucha fuerza, las opciones de la “Tercera Vía”. Como corriente ciudadana, distinta al PRI o al PAN, o como corriente priísta, ajena al hankismo o al castrotrentismo.
El viernes 1 de agosto, del 2014, el exalcalde priísta mexicalense y exlíder estatal del PRI, Samuel Enrique Ramos Flores, organizó un evento, para celebrar su cumpleaños número 71. Bueno, ese fue el pretexto, pues en realidad lo hizo para anunciar el surgimiento del movimiento priísta “La Tercera Vía”.
Hay muchos priístas que están de acuerdo con esto, pues no tienen cabida entre hankistas, ni entre castrotrentistas. Y ya se cansaron de esperar que unos u otros les den una oportunidad. No dejan nada a los ajenos.
Pasados los comicios del 7 de junio, el impulsor de este movimiento al interior del PRI, Ramos Flores, se ha dedicado a recorrer la entidad, en busca de adeptos. En busca de priístas, que ya no quieran saber nada de las dos corrientes políticas dominantes.
Quienes han tenido oportunidad de acudir a dichas reuniones, cuentan que efectivamente son muchos los priístas que se dicen ajenos al hankismo o al castrotrentismo. En su mayoría, son priístas de la tercera edad, que hace mucho “no agarran, ni la hora”, pues fueron desplazados por seguidores de Hank o de Castro Trenti.
Parecen ser muchos, pero ninguno con la fuerza política, ni económica, de los dos Jorges. Rivales acérrimos.
Piensan, que en la medida en que crezcan, en que sean más, podrán arrebatar a hankistas y castrotrentistas, la posibilidad de designar candidatos a puestos de elección popular o incluso acaparar cargos administrativos.
Lo cierto es que hay priístas, que hablan fuerte, contundente, pero apenas ven la figura de Fernando o de Jorge, se les apaga la voz y les tiemblan las corvas. Pero eso no es todo, los electores no quieren saber nada de candidatos priístas, sean hankistas o castrotrentistas. La prueba, son los resultados electorales del 7 de junio.
O sea, la llamada “Tercera Vía”, puede ser una alternaviva u opción para lograr posiciones al interior del PRI, pero no garantiza, para nada, triunfos electorales.
Visto de otra forma, al interior del PRI, supuestamente las decisiones las toman las mayorías. Pero las mayorías manipuladas por hankistas o castrotrentistas. Otra cosa será, al menos internamente, cuando los ajenos a ambas corrientes, pierdan el miedo y tengan el valor de imponerse a los caprichos o manipulaciones de hankistas o catrotrentistas. Los valientes viven, hasta que los cobardes quieren.
gil_lavenants@hotmail.com
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