MÉXICO (elgolfo.info) .- La diplomacia es cada vez más un asunto de políticos que de diplomáticos.
Actualmente, 31 de los 91 Embajadores mexicanos ocupan el puesto por designación política.
El Presidente Enrique Peña Nieto ha nombrado hasta ahora a 22 titulares de embajadas y consulados por esta vía. Algunos todavía están en proceso de ratificación por el Senado.
De ellos, nueve son militantes del PRI: Beatriz Paredes, en Brasil; Mariano Palacios Alcocer, en el Vaticano; Francisco Suárez Dávila, en Canadá, y Fernando Baeza, en Costa Rica.
Además, Otto Granados, en Chile; Fernando Enríquez Hernández, en Uruguay; Fernando Castro Trenti, en Argentina; Carlos Jiménez, en Chicago, y Orlando Arvizu Lara, en San Juan, Puerto Rico.
"Con el nombramiento político, bloquean a toda la pirámide. No se puede subir mientras esté bloqueada la plaza de arriba", reprochó en entrevista Federico Urruchúa, Embajador en retiro.
"Desalienta totalmente la carrera, el espíritu de superación y el de grupo", agregó.
En otros cargos se repite la historia: el 20 por ciento de los diplomáticos con rango de Ministro, el segundo más alto en el Servicio Exterior, y el 16.5 por ciento de los consejeros también fueron designados por la vía política.
Por su parte, al finalizar la Administración de Felipe Calderón, había al menos 27 embajadas o consulados al frente de diplomáticos sin carrera, entre ellos militantes del PAN.
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