jueves, 28 de noviembre de 2013

“El Popol Vuh” de Bustamante o El Balún Canán político…‏

Por Miguel Rojas Salazar
El efecto “mutante” de la ofensa real al reconocimiento “metafórico” cambiaría “la crónica anunciada de un fin sin principio” la glosa del alcalde de Tijuana.


Si nos vende el “Best seller” de su magna obra, entonces  el epílogo a la lectura del libro de “las falsedades” escrita en tres capítulos por Carlos Walterio Bustamante Anchondo, refiriendo en su colofón las reglas más importantes de cómo administrar una Ciudad endeudada sin capitales sujetos a crédito, ni riesgo a intereses y gobernar sin delincuencia, debería registrarse en guines record  o rescatarse históricamente ¡para replay!

Y en ese escenario regalarle créditos, alabanzas, trofeos y reconocimientos, y entender que el pueblo, la sociedad, los medios de comunicación y su críticos como yo, somos los pendejos literalmente, ofreciendo una disculpa pública a la vez de felicitar a aquellos que siendo los menos, si adquirieron la bibliografía en 3 ediciones agotada en el mercado creyente.

Veríamos dos Tijuanas desde esa perspectiva, donde no existen baches, sobra empleo, no hay delincuentes, la prostitución disminuyó, los cerveductos de la “Coahuila”, de la “sexta” y Revolución “quebraron”, abrieron 1000 nuevos comercios,  todos los funcionarios del XX Ayuntamiento merecen mención honorifica e inmediata “colocación” al hueso superior que sigue,  la Tijuana con orden que él vio y entrego día a día.

Por tanto, devendría el fin a la corrupción, la cacería  de los ricos evasores de impuestos, de los “protegidos”, la del cómodo expansionismo empresarial, los monopolios, “intocables” e “inamovibles” investigados, las cárceles a punto de cerrar ante la deserción delincuencial, la Casa de la cultura saturada día con día, “los Xolos” regalando boletos por ser parte de la Ciudad de vocación y convocatoria turística, regresaría la fluidez vehicular sin baches, la droga se vendería en los oxxos como medicina, los migrantes tendrían alojo en el Grand hotel, provocaría el éxodo de casinos , el derrumbe de muros fronterizos y el retorno de “gringos” y sus opositores regidores y Congreso unirían sus voces para que el mandato se extendiera de un trienio a cuatrienio mínimo, o se reeligiera máximo.

Empero, el insomnio destruye el sueño, el escritor debe tener mínimamente el estudio y los recursos literarios, la literatura comercial no es mi mejor “cabecera” de estudios, menos “los cuentos chinos”.

  La alcaldía de Tijuana es el retorno a la economía de la depresión y la crisis, por mejor papel político o desempeño administrativo prometido, no se puede “sembrar” nada en una aridez a la vista.

Eso sí, Bustamante permite un legado: La estructura social se aleja del promisorio rescate de los últimos políticos al servicio del pueblo y la económica es sustentable y próxima solo a la clase empresarial que impone a políticos y desde esa posición relega el progreso, excede poder y detona en crisis políticas en perjuicio social, para defender o conjurar el efecto capitalista amenazante en cada ciclo.

Merced a ello, tanta política económica dirigida con desacierto desemboca en rotundos fracasos que hacen que el Municipio condenado a una deuda creciente y prolongada a larguísimo plazo, se sostenga de “recetas” similares  y un “botiquín” austero, la consulta del pueblo resultó más cara que la enfermedad que padece y fue contagiada en las urnas.

Igual que el panista Jorge Ramos alcalde 2007-2010, solicitando endeudamiento para obra social, fuera del presupuesto y de su alcance de mandato, Bustamante Anchondo 2010-2013 escapó por la “puerta falsa” vendiendo milagros y engaños pues conociendo el riesgo de habitar la comuna con números rojos para justificar su fin y retocar su imagen, recurrió al error y dolo moral a sabiendas que comprar más deuda aunque la póliza “congele” inflación a  intereses propiciaría un “crack” financiero oculto en lo  interno, evidenciado y facturado en lo externo.

 Eventualmente el dinero a crédito que manejó su cartera deficitaria fue para merecer en lo particular, desmereciendo a sus gobernados en lo general, una  axiomática regla en la política: Si ganas te quedas con el dinero, si pierdes lo pagan otros

 El sistema de gobiernos actuales sugiere evidencias cada vez más estimulantes a escépticos, nos permite descubrir que los “falsos” políticos ganan más debilidades que cualidades, de ahí que el Congreso de Baja California haya saqueado la bóveda del gobierno, que las 5 alcaldías estén en “quiebra” y que en su mejor ejemplo, Tijuana nos regala, si no nos vende o le compramos a través de su clase política un mercado de mentiras, remata utopías o  “empeña” a su pueblo.

Jorge Ramos Hernández  antecesor de Bustamante Anchondo, administró políticamente pensando empresarialmente e invocando “la máxima Empresarial” –apostar a no perder aunque parezca equivocación-, Jorge Astiazaran debe ajustarse a patrones económicos homologados, a abrirse a una filosofía economista, la diferencia de ambos con Bustamante, es que éste acusó merced a su inexperiencia política un “manoseo” co-gobernante que lo llevó al titubeo político y mutilaje administrativo.

La igualdad política como sistema es frustrante a la idea social de un cambio por venir, que cíclicamente “desparece” al final de la creyente diferencia.

  No hay duda de las  conexiones entre industria, banca y Gobierno, de forma que la banca presta a sabiendas de que si el empresario gana, él también, y si pierde, rescata el Gobierno. Por ello, no se seleccionan las inversiones más sensatas sino todas, incluso las más arriesgadas, porque las pérdidas son sufragadas por el erario público.

El economista Paul Krugman  así define el particular concepto. A corto y a largo: a largo, es invertir a largo plazo mientras que a corto es apostar a perder



  AL SILENCIO… Bibliografía” “La divina creencia”… devocionario político: biblioteca Municipal.

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