Por más de dos años agua radioactiva de la destruida planta nuclear de Fukushima, Japón, se ha filtrado poco a poco en el Océano Pacífico. Enormes cantidades de tritio, cesio y estroncio han sido arrastradas por el viento, la lluvia y el océano a través de todo el hemisferio norte.
“Dentro de los próximos años, el desastre afectará potencialmente la salud de millones de personas que viven en la costa del pacífico. Lo terrible es que toda esa gente jamás sabrá que causó sus problemas de salud”, señala el portal The Sleuth Journal.
El pasado 10 de octubre, el director de la agencia nuclear de las Naciones Unidas instó el jueves a Japón a extremar esfuerzos para aquietar las preocupaciones internacionales sobre el derrame de agua contaminada en la averiada planta nuclear de Fukushima. Agregó que su agencia colaborará en la inspección de los niveles radiactivos en las aguas cercanas.
El director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, dijo a los directores de regulación nuclear japoneses que es crucial que el país comparta sus datos con la comunidad internacional sobre la seguridad de las aguas y la vida marina en Japón. Corea del Sur impuso recientemente una prohibición a la pesca en el área.
Las autoridades japonesas reconocieron en julio que la planta Dai-ichi, de Fukushima, ha derramado agua radiactiva en el Océano Pacífico desde poco después del accidente en marzo del 2011. La comunidad internacional se ha preocupado por la filtración constante de agua contaminada de los tanques de almacenamiento de la planta averiada.
"La inspección del océano es extremadamente importante, y la AIEA quisiera suministrar todo el apoyo posible", dijo Amano al director de la Autoridad de Regulación Nuclear, Shinichi Tanaka, al comienzo de las conversaciones.
Los métodos de inspección y otros detalles serán discutidos cuando un equipo de expertos de la AIEA visite Japón el mes próximo, dijeron las autoridades.
Con información de AP
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