martes, 14 de mayo de 2013
Tertulia Política: Encuestas
Por Pedro Martínez Serrano (Segunda parte)
A más menos 50 días de que los bajacalifornianos decidan con su voto, el próximo 7 de julio, el nombre del hombre que gobernará, lo mismo el Estado, que en cada uno de los 5 municipios y los representante en el Congreso, la competencia por el Ejecutivo se da en medio de contraluces y de una feroz guerra sucia que, diseñada en los war room de cada contendiente, todo enloda, todo nubla, todo confunde, en especial a los protagonistas estelares de la contienda: Fernando Castro Trenti y Francisco Vega de Lamadrid.
En los municipios, las cosas parecen definidas de la siguiente manera: Mexicali, para el candidato de la Alianza Unidos por Baja California, Jaime Díaz Ochoa; Rosarito, para Silvano Abarca y Tecate, para Patricia Ramírez Pineda; en tanto que en Tijuana, la tiene segura el doctor Jorge Astiazarán Orci, de la coalición Compromiso por Baja California, al igual que en Ensenada, Gilberto Hirata Chico.
Y mientras en los municipios las cosas parecen definidas, en el ámbito estatal, de acuerdo a las encuestas que nos han deslizado, alejadas de la tentación de la complacencia en que incurren las empresas para complacer al que paga, los números parecen emparejarse, lo que lleva a plantear un presunto nada para nadie.
Aunque es cierto que los diferentes sondeos de opinión marcan una ventaja al candidato Castro Trenti, su tendencia parece estancarse o, incluso, disminuir conforme avanza la campaña. La encuesta que encendió los focos rojos, para la coalición Compromiso por Baja California, es la que lo coloca con dos puntos de ventaja que los márgenes de error podrían anular.
El empate técnico, que estoy seguro que se va a remontar con la participación de los candidatos en los debates, me parece, que es consecuencia de que nadie ha hecho un alto, para analizar que hace todavía unos meses, propios y extraños calificaban a Castro Trenti como repelente electoral, y quizá tengan algo de razón, porque el despliegue publicitario no ha logrado posicionarlo. La mayoría de los que opinan sobre su estrategia de mercadotecnia política, advierten una imagen forzada y acartonada que no trasmite confianza
La mayoría de los analistas políticos cuestionan cuál es la razón de que esa tendencia al estatismo o, incluso, en algunos casos, a la baja, si es claro que el PRI y sus aliados se han preocupado por construir una percepción generalizada del triunfo. Así, un día anuncian la suma de inconformes de otro partido y al siguiente, rinden protesta como candidato la fracción disidente de otro.
Por lo que toca al sector empresarial, el candidato de la coalición Compromiso por Baja California, Fernando Castro es un hombre que arrastra un historial de contraluces. Y aunque es visto como una leyenda urbana, muchos empresarios no olvidan, el papel y la forma en que operaba desde las diferentes delegaciones que encabezó.
Los generales
Y mientras la elección se les podría estar diluyendo en las manos, gente cercana al primer círculo, por cierto bastante amplio, me dice que hay muchos generales, que todos quieren salir en la foto, a causa de que el coordinador general, no coordina ni sus ideas, por lo que la opinión generalizada es que le quedó grande el encargo.
Quienes trabajan en la campaña, muchos para beneficio personal, olvidan que los triunfos del PRI, en el pretérito inmediato no fueron gracias a su trabajo al frente del mismo. Creo que el caos que impera en la campaña, es consecuencia de la falta de un líder que predique con el ejemplo, con capacidad para armonizar y dirigir el complejo grupo de generales que rodea, y en muchos casos, estorba y perjudica al candidato.
Otro factor que incide para que no prenda la monumental, tanto como insípida campaña del candidato de la coalición Compromiso por Baja California, es que no hay dinero para el trabajo de campo. Todo se gasta en una campana aire, lo que será un error garrafal o, peor aún, alguien se lo está embolsando. En el peor de los casos, el más preocupante para los estrategas es que el dinero no llega a los operadores de campo, lo que es una queja recurrente de la gente que está encargada de esos menesteres, del propio equipo pues
Además, y hay que anotarlo, me parece que las promesas de campaña, en muchos casos, no tienen sustento y no parecen serias, más bien populistas. Sobre el particular, quien asesora al candidato no le ha dicho los cómo y, eso, le resta seriedad a Fernando Castro Trenti quien se encuentra ante la oportunidad, que puede ser de oro o sólo dorada, de repuntar con su participación en los debates, aunque no es posible, ni recomendable poner todos los huevos en una sola canasta.
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