martes, 9 de abril de 2013

Capella Ibarra: El reto a la sociedad criminal asentada en la Zona Norte

Por Miguel Rojas Salazar
La delincuencia en Tijuana, supera en grado de estudios, armas y recursos a los policías y funcionarios de la “justicia”, de ahí su hacinamiento, pese a ello, Capella Ibarra con delincuentes en las esquinas a todas horas, dícese una ciudad segura para efectos políticos, Miguel Ángel Guerrero Castro, con delincuencia “virtual” para efectos estadísticos….




Reto a Capella Ibarra y su protector “alcalde” a que demuestre lo contrario… NO existe un plan de emergencia para cerrar Tijuana ante un eventual acto terrorista, vamos! ni siquiera para un secuestro, pues los delincuentes están adentro tienen sus casas de seguridad a la vista de rondines, auxiliares y decenas de patrullajes por toda Tijuana.



Igual, no existe un padrón delictivo que contenga nombre, ubicación y recurrencia de área.

Tampoco un sistema detector y de monitoreo sobre casos de trata de blancas, pornografía infantil, prostitución de jóvenes hombres, ni mucho menos mercado negro de pollerismo y droga en zona norte.



Las pruebas que determinan mi verdad son indestructibles:

En los 90s cuando en Tijuana, había un evento delincuencial como secuestro u homicidio múltiple, la ministerial informaba en los medios sobre los despliegues policíacos y el plan “Alfa” nunca nadie explico cual era el plan diseñado por el extinto Carlos Bowser Miret, sencillamente porque no existía en práctica, solo en teoría.



El único antes, después y entonces, era el equipo de seguridad inviolable de Hank Rhon, el del procurador, alcaldes y gobernantes panistas a la fecha.



Policías, judiciales, comandantes Municipales, de la PGR y la judicial, con todo y su jerarquía, armados y blindaje personal si fueron “ejecutados” como evidencia de la venta de seguridad a privados, la protección pues, a grupos delictivos. Queda en la suspicacia la duda si los jefes “intocables” pudieron mandarlos desaparecer porque les conocían “algo” o ya estaban muy “quemados” o “calientes”.



El “efecto limpia” era parte de asesinatos bajo el signo de “ejecuciones”, donde la ley del “superior” se imponía sobre el “inferior” para desviar investigaciones “utilizando” a los medios “boletineros” los que no investigan y desde redacción “cubren” eventos.



Diario el inframundo e Tijuana sobrevive, hay droga, narcomenudeo, pollerismo, venta de sexo en redes y periódicos, delincuentes reciclables y jefes de estos “intocables, demostrando a Cappela Ibarra en “sus narices” su existencia y a su equipo nuevas “formas” para crear mentiras desde su escritorio, un sistema engañoso surrealista y subjetivo a la hora de la estadística.



Existe en Tijuana, el permiso u omisión contra la sociedad criminal asentada en zona norte a la vista del turismo y la familia si “honorable”



A la ciudad con orden…políticamente defendida, hay que agregarle el nuevo mesías de “la seguridad virtual” o por distinción de clases: Miguel Ángel Guerrero Castro que busca de la procuración de la justicia datos para defenderla, avergonzando la escasa ética de los abogados, la sobrevivencia de la vocación y, sobre todo, vulnerando los códigos moralistas mínimos.



Si la línea diputadil exigió disculpas a Daniel Bisogno por “herir” moralmente a personas en su honorabilidad por derecho humano, espero hipsofacto alguien de los “levantadedos” y representantes de derechos humanos, demanden al subprocurador contra la delincuencia organizada (SCDO) Lic. Miguel Ángel Guerrero Castro, que en una expresión más que equivoca, y peyorativa hace el ridículo a su función devengada desde la sociedad misma. Referir que “ No están matando a personas honorables” es una marcada discriminación moral, un atentado a los derechos humanos y difamación pro victimas.



En aras de alcanzar justificación, para él, todos los muertos en lo que va del año en Tijuana son delincuentes que debieron morir asesinado solo por ser delincuentes aunque las estadísticas no definan su “Teoría” antes que investigarse hasta el fin, sino en preferencia de archivarse indolentemente. Y en su caso, subestimar o no investigar a delincuentes honorables-sic-



Resulta ominoso y deleznable, abrir la boca solo por abrir y mancharse de sangre.

Ni todos son delincuentes ni todos son honorables, la sociedad no es “flotante” tampoco, la justicia no es selectiva ni de estadística, la línea divisoria entre unos y otros es que se le paga a la procuración de justicia para que investigue y brinde seguridad, su perpetua y dimensional estatura jurídica, debe valorarse en serio, para evitar “vomite” después sangre hasta por los oídos.


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