Por Pedro Martínez Serrano
El Partido Acción Nacional, fiel a su vocación democrática, especialmente en Baja California, arrancó el viernes su carrera por la candidatura al gobierno del Estado. Compiten los ex presidentes municipales Héctor Osuna Jaime y Francisco Vega de Lamadrid.
Y aunque no hay nada para nadie, ni quién se atreva a dar ganador de la elección interna a realizarse el domingo 10 de marzo, lo evidente es la formación profesional y política, así como los apoyos de que disponen cada uno de los contendientes y, en ese apartado, la ventaja es clara para el ex senador Héctor Osuna Jaime.
Un importante grupo de notables panistas, como los ex gobernadores, Ernesto Ruffo Appel, Alejandro González Alcocer y Eugenio Elorduy, están empujando la candidatura de Héctor Osuna Jaime a quien miran como un panista serio, responsable y profesional, pero sobre todo, con una formación política más sólida y alejado de escándalos de corrupción.
Los ex gobernadores abonan entre los panistas cupulares y/o entre aquellos que, sin ser militantes ni adherentes, respaldan la consecución de candidaturas y, llegado el momento electoral, inyectan importantes recursos para el financiamiento de las mismas, por ejemplo, en Tijuana, Ascan Lutteroth del Riego quien, al menos en los 12 años más recientes, se ha sumado activamente a las (pre) campañas presidenciales de Vicente Fox y Josefina Vázquez Mota, además, en su oportunidad, apoyó a Eugenio Elorduy, a Jesús González Reyes y a Jorge Ramos Hernández, por mencionar a aquellos a los que me tocó conocer de cerca la suma de Lutteroth a los proyectos.
Pero además del respaldo de los ex gobernadores, Héctor Osuna Jaime goza de un amplio reconocimiento en Tijuana, en donde se le recuerda como el mejor presidente municipal que haya tenido la ciudad. Su estilo pragmático de hacer política, lo asocia con los buenos resultados que reporta.
La posibilidad de Héctor de lograr la candidatura e ir a la contienda frente a la alianza que abandera el PRI, le puede imponer serias complicaciones a su seguro candidato, el diputado federal con licencia, Fernando Castro Trenti quien, se debe reconocer, es un político de amplia experiencia, capacidades y relaciones de primerísimo nivel en el gobierno federal. Su problema, es la carencia de estrategas y operadores de acuerdo a su estatura política. Los momentos de crisis se aproximan y no se nota presencia de profesionales en el tema.
Amador Rodríguez Lozano, como antes lo plantee es un operador electoral que se preparó en el México que ya pasó. Su experiencia electoral no es más que cosa del pasado, puro mito. Hoy las reglas del juego son distintas, ya no son los tiempos en que el PRI ponía candidatos y decidía hasta con cuántos votos ganaban.
Francisco Vega de Lamadrid, encabezó un ayuntamiento cuestionado y con fortísimo tufo a corrupción. Sus operadores, los que van con él, por lógica, entonces, son varios que han sido acusados de que les gusta el dinero fácil, como al también (hoy millonario) ex alcalde Jesús González Reyes. El Chuy opera abajo, con la raza, en donde están los votos, aunque llegado el momento, se le complica concretar.
Conocedores de la cosa electoral panista, me dicen que El Kiko no más anda inflado. Él sabe que los números no lo favorecen, pero sigue adelante buscando la negociación final y, en el recuento, colocar sus piezas, sus operadores en la mejor condición posible dentro del gobierno del Estado, en caso también de que el ganador final fuera Héctor Osuna Jaime.
Lo que si me queda perfectamente claro, es que el arquitecto tijuanense no jugaría, si no trajera el pulso, un clarísimo pulso de que las posibilidades de triunfo le favorecen, lo mismo en la interna que en la externa. Y, por añadidura, Héctor dispone de reconocidos estrategas, como mi amigo Jorge D´Garay, además del apoyo de poderosísimos empresarios de las telecomunicaciones.
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