Animales como las ratas, o incluso los gatos, cuando dan tanta lata y es necesario atraparlos, para sacarlos de circulación y que dejen de molestar, lo más común es agarrarlos de la cola y “jondearlos” muy lejos. En especial, cuando las trampas no han sido eficaces.
El viernes pasado ocurrió algo sumamente interesante. Fue en el Hotel Presidente Intercontinental, en la Ciudad de México. Era el evento relativo al 95 aniversario de la Confederación de Cámaras de Comercio, que preside Jorge Dávila Flores y en donde el invitado especial lo fue el Presidente Enrique Peña Nieto.
En la parte final del evento, hubo un encuentro entre el Secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, y los integrantes del Consejo de la Concanaco, entre ellos los representantes del comercio organizado de la zona fronteriza. En especial los de Baja California.
Los líderes de los comerciantes observaron con agrado que el funcionario federal conoce bien los temas del comercio. Sin embargo lo que les llamó la atención a los bajacalifornianos, fue que en la etapa de preguntas y respuestas, al abordar el tema de la restricción a la importación de autos usados, dijo algo sumamente importante.
Fue breve, pero sustancioso, sencillo, pero contundente. Palabras más, palabras menos, dirigiéndose a los bajacalifornianos, Guajardo les dijo : “Ustedes tienen ahí el caso de dos jueces federales y unos vivales, que le hicieron un boquetazo fiscal al decreto, por vía del amparo”, como advirtiendo que ese asunto pronto habrá de concluir. Algo así como que “ya los traen de la cola” a todos los involucrados.
Para los fronterizos, fue algo sorprendente. Los panistas no quisieron hacer nada, para evitar que unos abogados y empresarios mexicalenses, confabulados con políticos, se metieran hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación y lograran sentencias de amparo, que les permitió convertirse en los únicos que pudieron importar autos usados a bajos precios, a lo largo de la frontera con Estados Unidos.
Para los demás comerciantes, la frontera prácticamente se cerró a la importación de vehículos usados, con serias consecuencias para la economía fronteriza. Cerraron la mayoría de los comercios de autos usados y todos aquellos que prestaban servicios complementarios, como tapicerías, carrocerías, pintura y demás. Las pérdidas económicas fueron cuantiosas. En especial el cierre de las fuentes de empleo.
Un negociazo que produjo mucho dinero. Casi similar a los narcotúneles que se construyen a lo largo de la frontera, para cruzar libremente droga, armas e indocumentados, sin tener que pasar por las garitas fronterizas. En este caso, se trataba de vehículos usados. Las denuncias de los comerciantes que no pudieron obtener amparos, nunca encontraron eco. Lo más que lograron, fue la suspensión de un par de jueces federales involucrados en esto.
Gilberto Leyva, Presidente de la Asociación de Autos Usados de Tijuana, afirma que este “negocio” ha crecido en tal forma, que actualmente operan 32 individuos amparados, pagando cantidades irrisorias en la importación de vehículos usados, en tanto que la mayoría de los comerciantes, que no han podido lograr amparos, se han visto obligados a dejar de operar. Ocasionando el cierre de infinidad de fuentes de trabajo. Bajo tales condiciones se han importado unos 5 millones de autos. Las utilidades alcanzan para cubrir una campaña política, y sobra. Cosa extraña, Calderón les dejó operar libremente.
A menos de un mes y medio, de iniciada la gestión del Presidente Peña Nieto, el Secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, manifiesta conocer a la perfección el asunto y, tal parece, “ya trae de la cola” a los protagonistas. El asunto podría convertirse en un escándalo, en cualquier momento.
Cabe recordar que el 6 de junio de 2012, se suscitó un escándalo, cuando en el portal del periódico capitalino Reforma, se difundió un fragmento de una conversación que presumiblemente sostuvieron el dirigente estatal de la CNOP del PRI, Enrique Acosta Fregoso y el diputado local priísta, Elí Topete. El tema de la charla eran los autos usados.
El título o encabezado de la publicación, era harto sugestivo : “El PRI y el negocio de los carros chuecos”, y refiere que el dirigente cenopista bajacaliforniano, Acosta Fregosto, comentaba de manera coloquial con el diputado Topete, una visita que hizo al Distrito Federal, para ver un asunto que –según él mismo dice- tiene que ver con el negocio de la importación de autos a la frontera, bajo la protección de un amparo federal.
El motivo del escándalo, fue que en dicha conversación telefónica, Acosta Fregoso se quejaba de que un Senador –que hubo quienes relacionaron con el ahora diputado federal Fernando Castro Trenti- no lo acompañó a una audiencia con un Ministro de la Corte, para tratar esos asuntos, pese a que era “nuestro negocio”. O sea de ambos. También del Senador.
El asunto fue un escándalo. Sin embargo, la atención se desvió hacia el aspecto del espionaje. Los involucrados se dolieron de ser víctimas de espionaje por parte del Gobernador Osuna Millán. Presentaron denuncias penales ante la PGR. Ya nada se supo.
Ocho meses después de aquel incidente, vuelve a surgir el tema de los amparos y la importación de los autos usados. En manos ahora de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto.
Los conocedores del tema, presumen que un escándalo está en puerta. Dicen que hay varios políticos involucrados en estos “negocios”. El Senador panista, Ernesto Ruffo Appel, en una reunión con comerciantes de Tijuana, esta semana, mencionó el nombre del diputado federal Manlio Fabio Beltrones. Omitieron decir más, pero afirman que hay mar de fondo.
Pareciera, que el Presidente Peña Nieto, hará lo que Calderón no quizo y solapó. Que, evidentemente, a los involucrados “ya los traen de la cola”. Ver para creer.
gil_lavenants@hotmail.com
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