Por Beam
Primero, Josefina se marea, se tambalea y casi se desmaya en un foro sobre seguridad nacional. En redes sociales se especula sobre su estado de salud y hasta se menciona la palabra “anorexia”.
Segundo, Josefina es llevada a Baja California, especialmente a la zona de Puerto Nuevo, población costera ubicada junto al Oceano Pacífico reconocida por su langosta. En una operación del más burdo Photo-Ops (¿para estas mamadas le pagan a Solá?), fotografían a la ex vendedora de cosméticos comiéndose un taco. Pero no les sale bien la jugada y uno de los cocineros del establecimiento en donde la candidata “comió” le grita “Qué viva Peña Nieto”.
Tercero, el día de hoy alguien difunde imágenes de la candidata “ejercitándose” en Baja California, con una faldita matapasiones. Sin embargo, el teatrito de Chepina & Co. se vino abajo cuando la vocera de su campaña, Augusta Díaz, confirma que la candidata padece de presión arterial baja.
Con estos tres puntos únicamente puedo decirle a los PANazis bajacalifornianos –los peores que existen por su nula cultura, mentalidad cerril, hipocresía seudo-católica y aspiraciones de algún dia volverse gringos y trabajar limpiando baños de Mc Donald’s- lo siguiente: Baja California, el estado mexicano más bello que existe, no es sanatorio de sus cascajos políticos. De nada.
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