Por Gilberto Lavenant
Tratando de evitar conflictos mayores y básicamente guerras intestinas, en el PRI optaron por “amarrar” a los aspirantes a una posición en el Senado de la República. Al menos aquí en Baja California.
El “amarre” consistió en obligarlos a firmar un escrito, mediante el cual se comprometían a reconocer y aceptar la decisión que surgiera del Comité Ejecutivo Nacional –léase Enrique Peña Nieto- y trabajar a favor de los elegidos. Se dijo que el pacto fue firmado a petición de ellos mismos, cuando que la “consigna” vino de las altas esferas del priísmo.
En total fueron 16 los amarrados, aunque en los últimos días han surgido otros que dicen que también quieren. Como si todo fuese cuestión de querer. El anuncio de los “amarres” lo hizo, con cierto alarde de dominio, el Secretario Regional del CEN del PRI, Enrique Martínez y Martínez, aquí en Tijuana.
Entre otras cosas, en el escrito, se atribuye a los firmantes, manifestaciones y compromisos como los siguientes “ :
“En nuestra legítima aspiración estamos consientes que se debe privilegiar la unidad para ganar, gobernar y contribuir a la transformación del país, que no es tiempo de ambiciones ni simulaciones, sino que requerimos de los mejores candidatos para ganar la elección en el 2012 y gobernar con el mejor proyecto para México”, señalaban los firmantes.
“Por ello, al aspirar y luchar por dicha postulación y privilegiando la unidad de nuestro partido, los suscritos firmamos el presente compromiso, otorgando nuestra palabra en razón de que si la postulación no nos es favorable, aceptaremos y respaldaremos incondicionalmente la definición de nuestros militantes avalada por el Comité Ejecutivo Nacional respecto a la fórmula de Senadores que representará a nuestro Instituto Político por el Principio de Mayoría, asumo esta decisión con inteligencia y valentía alentado por el principio de Unidad para ganar”, fue en sí la parte modular del compromiso.
Un par de días después, surgió un comunicado en el que se hacía saber el beneplácito del dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquin Codwell, por el pacto de unidad suscrito, en el que a la vez se estableció que : “…resulta de vital importancia que todos los aspirantes, tanto los que firmaron el documento, como los que pudieran registrarse en los términos de la convocatoria, se abstengan de caer en situaciones que pudieran, en determinado momento, vulnerar el propósito del documento, impulsado por los propios aspirantes”.
A nombre del máximo dirigente priísta, el Secretario Regional, Martínez y Martínez, advirtió : “…Debemos evitar el que alguna exhibición, publicación o manifestación específica de apoyo para alguno o descalificación para otros, nos conduzcan a la posibilidad de que se desvirtue el objetivo central del documento suscrito que es, fundamentalmente, el de la unidad”. Con esto se reiteraba el “amarre”. Nadie podía salirse de esos lineamientos.
El día de ayer, domingo 8 de enero, aprovechando que es el dueño del periódico El Mexicano –originalmente propiedad de los trabajadores- uno de los pretensos, Eligio Valencia Roque, publica a ocho columnas : “Eligio y Maria Elvia, garantía de triunfo” y luego un breve subtítulo : “Reconocen dirigencia y sectores que es lo mejor que tiene el partido para ganar”. Bueno, es su periódico, puede decir eso y mucho más, aunque sea totalmente ajeno a la realidad.
En el texto de la nota, se dice que René Mendivil Acosta, dirigente estatal del PRI y otro de los aspirantes al Senado, aseguró que Eligio es la mejor opción del priísmo. Declaraciones similares se atribuyen a Enrique Acosta Fregoso, dirigente estatal de la CNOP. También se agregan las de Julio Felipe García, coordinador de la fracción parlamentaria priísta y las del Alcalde de Playas de Rosarito, Javier Robles Aguirre.
Lo interesante es que, supuestamente, todos coinciden en que la primera fórmula priísta de aspirantes al Senado, la encabece Valencia Roque, llevando en segundo lugar a Maria Elvia Amaya de Hank. Se suponía que el pacto firmado los obligaba a esperar la decisión del centro, pues los registros de candidatos al Senado serán el 21 de enero.
La publicación, evidencia claramente la intención de presionar al CEN del PRI, para resolver a favor de determinados aspirantes. Además, hace constar la falta al compromiso pactado, pues se supone que deben esperar a que surja la decisión. En materia política, a esto se le llama “brincar trancas” y a los protagonistas de la sublevación, simples “brincatrancas”.
El CEN del PRI debe actuar de inmediato, antes de que se generalice la rebelión y todo esto se convierta en una “cena de negros”. No pasa desaparcibida la intención mañosa de quienes planearon todo esto, ubicando en segunda posición a doña Maria Elvia, para usufructuar su popularidad. Habría qué esperar la reacción de su esposo, el Ing. Jorge Hank, sobre esta intentona, que suena a maquinación diabólica.
La publicación recuerda a la bruja del cuento de Blancanieves. La mujer horrible que cuestionaba a su espejito : -espejito, espejito, dime quien es la mujer más hermosa? y el espejito, fiel y sumiso, aunque mentiroso, respondía : -tú mi ama, tú. Eligio diría : -¿periódico mio, quien el mejor aspirante al senado ? y este respondería : -Tú mi amo, tú.
Ahora que también habrá qué esperar la reacción de los demás aspirantes, pueso eso de que se diga que Eligio es la mejor opción para ganar, es tanto como decir que todos los demás son unos buenos para nada. Eso sí que ofende.
Quienes supuestamente se manifestaron a favor de Eligio, Mendívil Acosta, Acosta Fregoso, García Muñoz y Robles Aguirre, ¿Serán capaces de reiterar lo publicado, contradiciendo los lineamientos partidistas ? y ¿El CEN del PRI e incluso el propio Peña Nieto, solaparán este tipo de sublevamientos, los validarán, o los descalificarán y sancionarán a los brincatrancas ? Se les recomienda recuerden la frase final de la despedida de Manlio Fabio : Mañana, empiezo otra vez.
gil_lavenants@hotmail.com
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