martes, 10 de enero de 2012

Alcalde Navideño

* La crónica nuestra de cada día
Por Juan Carlos Domínguez (tijuana-mata)
Siete en punto, la hora pactada, y ya estaban haciendo cola una docena de reporteros frente a la puerta de la Sala de Presidentes, franqueada por un par de policías obviamente mal encarados. “Estamos como en la casa de los pobres de la Altamira”, comentó un fotógrafo.



“Llegué desde la 5 para agarrar lugar”, comentó otro fotoreportero refiriéndose al esperado Brindis Navideño ofrecido por al alcalde de Tijuana para los medios de comunicación.


Ya plantados en sus respectivas mesas, empezó el desenfado de los asistentes: “Mírala, ya se ríe más… se ha reído tres veces”, comentaban de Miriam Ruíz, directora de Relaciones Públicas del Ayuntamiento de Tijuana. “¿Y ése de qué medio de comunicación es?”, preguntaban de un tipo que resultó ser guarura, uno más de los muchos esa noche.


La mesa de honor la encabezó el alcalde Carlos Bustamente, con Saúl David Guakil a su diestra. Tres o cuatro de sus funcionarios, y Miguel Ángel Torres Ponce, director de El Sol de Tijuana y Eligio Valencia Junior, de El Mexicano. “Con los años que nos quedan”, interpretaba en vivo la cantante que amenizó la noche.


“Ya tenía ganas de hacer esta cena entre amigos, porque así los considero a ustedes”, expresó en sus palabras de bienvenida el presidente municipal.


Se dijo muy agradecido con los medios de comunicación. “Es justo reconocer que me han ayudado, las críticas son buenas, cuando no son inventadas”, continuó.


Prometió que “el próximo año será de mayor éxito. Ya aprendimos, después del primer año ya no hay excusas”.


Afirmó que por lo pronto se tiene una ciudad con más orden. Se refirió también a las obras públicas: “Le digo todas las mañanas a Navarro (secretario de Desarrollo Urbano), fíjate dónde hay baches”. Y se avocan a tapar hoyos: “Ustedes –los periodistas- son los que nos traen en friega”.


En el tema de seguridad pública y la espera del recurso Subsemun (subsidio para la seguridad pública de los municipios) el alcalde confió: “Nos va ir mejor con el licenciado Vega”, refiriéndose al bajacaliforniano Oscar Vega Marín, recién nombrado titular del Sistema Nacional de Seguridad Pública en la Segob.


“Me dejaste el corazón partío…”, interpretaba la cantante cuando sorpresivamente Alberto Capella se puso de pie, tomó el micrófono, y se dispuso a emitir un mini informe que sacó de ambiente a los reporteros que ya movían el bigote y degustaban vino, cerveza, sodas y tequila.


Entre burlas, comentarios socarrones, y ruidosos bostezos, Capella se aventó su arenga, totalmente fuera de lugar: “La Seguridad Pública es un reto… reconozco que hay mucho por hacer…”. Y hasta leyó un comunicado oficial y retórico: “El índice delictivo se mide en base a la denuncia”. Y soltó la primer cifra: 3,900 denuncias ciudadanas en noviembre del 2011; “9 por ciento menos que el año anterior en el mismo mes”. Presumió: “y 23 por ciento más a favor respecto a la meta que teníamos”.


Y seguía y seguía Capella soltando cifras, que ya en circunstancias normales resultan abstractas, y en esta ocasión con más razón, entretenidos los reporteros en el trago y la botana.


Se vanaglorió Capella que en noviembre pasado se tuvo la incidencia delictiva más baja de los últimos 5 años. “Parece que vamos por el camino correcto, hay que apretar las tuercas. Es lo que queríamos resaltar”.


Menos delincuencia en la ciudad, y más vigilancia, por lo menos en la Sala de Presidentes esa noche, en la que prácticamente había un guardia armado por mesa. Bien resguardados los funcionarios y el recinto. “Por qué si estamos más seguros hay más gente armada aquí”, “pero es que en la última fiesta que hicieron aquí se llevaron un cuadro”, confesó alguien, respecto a un retrato de un ex presidente que se, chismea, habían sustraído en un convivio con militares el pasado 16 de septiembre.


La hora más esperada y la de mayor arguende fue la de la rifa de regalos. Momentos inigualables de esparcimiento, emoción, alegría, y alguna que otra decepción.


La ilusión de los presentes se concentraba en su boletito rosa en mano, el que ceñían fuertemente a la espera de oír su número gritar por parte de los amenos chicos de Comunicación Social del Ayuntamiento.


Los obsequios fueron adquiridos por los diferentes funcionarios municipales. Yolanda Enríquez, síndico procuradora, repartió perfumes y planchas”, David Navarro, secretario de Desarrollo Urbano, alegró corazones con la entrega de impresoras y reproductoras de dvd; Juanita Pérez; secretaria de Educación, mandó lindas canastas navideñas; Óscar Sanabia; oficial mayor; obsequió botellas de vino y una camarita fotográfica; David Saúl Guakil, regaló chamarras, de las que manufactura a granel en sus fábricas; esplendido se encargó del premio mayor, una televisión de plasma, aunque generó suspicacias: “¿Qué pasó con las otras tres, yo vi cuando llegaron aquí cuatro televisiones”, chismeó un camarógrafo.


Pavo horneado de cena y pavos congelados como regalos por parte del director de la secretaría de Gobierno, Obed Silva, resultaron los obsequios más polémicos, tanto que algunos los regresaron, otros los donaron y otros de plano los vendieron a algún compañero. “¿En qué concepto nos tienen que nos dan pavos y cobijas?”, espetó indignada una conductora de televisión. Finalmente imperó el espíritu navideño y fraternal entre funcionarios y reporteros en una velada distinta a las habituales jornadas reporteriles.

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