Por Gilberto Lavenant
En días pasados, la Síndico del XX Ayuntamiento de Tijuana, Yolanda Enríquez, rindió su primer informe de labores. Nunca antes, algún Síndico, en esta ciudad, había convocado a un evento protocolario para informar sobre el trabajo realizado.
La señora Enríquez lo hizo, pero lo hizo de tal forma, meramente técnica, que dijo mucho y a la vez no dijo nada. Un informe contenido en 35 hojas, tejido en base a un lenguaje eminentemente técnico, que no refleja la realidad que atiende dicha dependencia. Habló sobre las cochinadas del XIX Ayuntamiento, pero lo hizo utilizando conceptos técnicos, como “observaciones” o “determinaciones”, que nadie se percató en qué consistieron.
Podría decirse, que se tuvo el cuidado de no utilizar palabra alguna que pudiese parecer ofensiva, tanto para los funcionarios del XIX Ayuntamiento que encabezó el panista Jorge Ramos Hernández, como para los del XX Ayuntamiento que encabeza el Alcalde Carlos Bustamante. Mínimo, los aludidos, que probablemente temierón que en este acto pudiesen salir a relucir sus nombres, debieron darle las gracias a la Síndico, por no haberles sacado “sus trapos sucios al sol”.
Habló de la estructura de la Sindicatura, de sus facultades y funciones. Todo, a base de cifras y referencias genéricas. A cuántas sesiones de Cabildo ha asistido, qué propuestas de reformas normativas ha presentado. En fin, citas frías, de mero trámite.
Hace mención de haber atendido 3,804 quejas ciudadanas, de las cuales 1,220 resultaron procedentes, pero ni de chiste explica en qué consistieron o cuales fueron las causas de los reclamos populares. Obviamente tampoco marcó líneas de conducta para que los servidores públicos rectificaran sus actos. Tampoco habló de las sanciones o amonestaciones, que supuestamente debieron haberse aplicado.
Apenas si se atrevió a decir que del total de las quejas, de las que 1,220 resultaron procedentes, el 71 % fueron contra elementos de seguridad pública y el 29 % contra servidores públicos de otras dependencias. Pero no estableció comparativos, para determinar si las conductas irregulares se están incrementando, ni las describió, ni mucho menos las calificó. Simples referencias frías, genéricas.
En la página 12, sí hace mención de diferencias entre el XIX Ayuntamiento y el XX. Conforme al acta recepeción, indicó, de diciembre del 2010, durante el último año de la administración del XIX Ayuntamiento, el área de atención a quejas ciudadanas, sumó un total de 560 quejas ciudadanas e investigaciones iniciadas, de las que 530 quedaron inconclusas y solo 30 se dictaminaron, en comparación con 769 recibidas en esta administración, de las que 639 fueron dictaminadas y quedan por resolver solamente 130.
Interpretando la referencia, lo que quizo decir la Síndico en su informe, es que la Sindicatura del XIX Ayuntamiento, no trabajó y que la que ahora ella encabeza, sí ha trabajado. Pero tampoco refiere en qué consistieron las quejas atendidas, ni la respuestas dadas a las mismas. Todo lo dejó a la imaginación e interpretación de los demás.
En el área en la que pudo haber hecho referencia a posibles hechos de corrupción, no mencionó ni una sola palabra “altisonante”. Simples palabras técnicas y números. De un total de 437 expedientes de investigación, atendidos por la Dirección de Responsabilidades, 127 fueron remitidos a resolución, 76 archivados por carecer de elementos probatorios, 3 en reserva y 231 en trámite. Simplemente señala que unos fueron respecto a policías municipales y otros, de servidores públicos de diversas dependencias.
Hace saber que de 127 expedientes remitidos para resolución, fueron resueltos 85, en relación a los cuales 58 servidores públicos fueron inhabilitados por no presentar declaración patrimonial, otros 20 por otras conductas, 22 fueron amonestados y 2 abstenciones.
De los 85 expedientes resueltos, 9 fueron turnados al Ministerio Público, por los probables delitos de robo de vehículos, infidelidad en la custodia de documentos, negociaciones ilícitas y peculado. Palabrejas técnicas, nada más.
En otra parte de su informe, doña Yolanda señala la presunción de un daño patrimonial a la hacienda pública Municipal por un importe de casi 19 millones de pesos, pero no explica las causas o razones de ello, ni las acciones tomadas en contra de los posibles responsables.
También menciona que se han elaborado 5 dictámenes resultantes de auditorías específicas, llevadas a cabo por el irregular manejo de los recursos públicos del XIX Ayuntamiento de Tijuana, de las que se presume daño patrimonial por casi 16 millones de pesos. Pero tampoco precisa los motivos o causas. Mucho menos se atreve a mencionar nombres.
Definitivamente la Síndico quedó a deber mucho a los tijuanenses. Nada dijo de las irregularidades del famoso PIRE, ni de las ilegalidades de la concesión del estacionamiento, de las presuntas responsabilidades de los jurídicos que extrañamente perdieron juicios con cuantiosas cargas económicas, las negligencias en torno al contrato de las videocámaras para detectar automovilistas acelerados, la transacción indebida del exalcalde Jorge Ramos al pagar, con terrenos subvaluados deliberadamente, impresos publicitarios y de tantos gastos supérfluos realizados durante la administración del XIX Ayuntamiento.
El informe rendido, fue de mera tramitología. Informe, que no informa, es pura pérdida de tiempo. Son simples ganas de lucimiento. Cuando se utiliza la expresión : “cuentas claras, amistades largas”, se pretende decir que hay que decir las cosas como son, llamarlas por su nombre. Sobre todo cuando se trata de recursos públicos.
En el caso del informe de la Síndico, lo único claro es que fue muy cuidadosa en no lastimar honras de nadie. Como claro quedó que las “ochinadas” de la administración del panista Jorge Ramos, sospechosamente ya se han diluido. Eso, sí que quedó claro.
gil_lavenants@hotmail.com
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