lunes, 26 de diciembre de 2011

Expediente Político: La venta


Por Alfredo Calva
La carrera de Carlos Bustamante Anchondo, alcalde de esta bella Tijuana, por concluir su tarea de privatización y comercialización de los bienes inmuebles con que cuenta el gobierno municipal, antes de concluir su periodo de mandato, es bastante notoria, y es auxiliada por la mayoría de ediles serviles y zalameros, que forman parte del cabildo del XX Ayuntamiento.




La autorización que el órgano colegiado municipal por mayoría, dio al alcalde para que comercie la propiedad ubicada en la esquina que forman las calles Octava y Constitución, en la zona centro de Tijuana, inmueble conocido como la ¨ocho¨, da cuenta clara de lo expresado en el párrafo anterior.



Bajo el argumento de no contar con los recursos económicos para llevar a efecto la construcción de un nuevo edificio, ya que de acuerdo al dictamen técnico elaborado por ingenieros, la actual construcción se encuentra en pésimas condiciones, que no permiten su utilización, por lo que es recomendable el derribar lo existente y edificar una nueva estructura, es con lo que solicito el voto de los ediles para que se le autorizara a desprenderse de la propiedad.



Es francamente ridícula y estólida, la postura del alcalde y de los ediles (13) que le votaron a favor, en especial, cuando ha trascendido a la opinión pública, la enorme adeudo que tienen los desarrolladores inmobiliarios o fraccionadores (Geo, Urbi, Muzquis, etc.), que tienen con el gobierno municipal por concepto de pago del impuesto predial y el impuesto sobre adquisición de bienes inmuebles (ISABI), gravamen que, año con año evitan liquidar los constructores.



Para estos empresarios inmobiliarios evasores, hay toda clase de consideraciones, de hecho, están tramando en contubernio con el alcalde y sus funcionarios allegados, Manuel Guevara, Antonio Cano, David Navarro, llevar a efecto un paquete de construcciones de obras que determinara el gobierno local, por un monto superior a los pasivos que se tienen, y la diferencia económica le será cubierta a los constructores con terrenitos pertenecientes al peculio municipal. Jugosa y sustancial futura tranza.



Volviendo al tema de la comercialización de inmuebles, si la excusa para no conservar el predio de la calle octava, es la falta de recursos para edificar una nueva estructura que les permita albergar oficinas administrativas o de salud, al gobierno de Carlos Bustamante, porque no le entran con los evasores constructores y hacen la operación que viene arreglando David Navarro, en beneficio de sus ¨compas¨ desarrolladores, y hacen el acuerdo para que derriben las viejas estructuras y construyan instalaciones acorde a las necesidades de la administración municipal.



Con ello, se cubre el adeudo de los esquivos desarrolladores y se conserva un bien inmueble del gobierno municipal, ah, y se evita que el alcalde beneficie con esta venta a alguno de sus amigos o compadres.



Ya es tiempo que los ediles dejen de ser serviles, zalameros y estólidos.



Solo así, la ciudadanía dejara de señalar que el cabildo se asemeja a un establo.



De ellos dependerá.

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