Por Gilberto Lavenant
Hay actitudes, o actos, que son más expresivas que mil palabras. El abrazo entre Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto, en la instalación del Consejo Político Nacional del PRI, el pasado sábado, en la capital del país, tiene ese sentido.No se discute que Peña Nieto tiene a su favor, entre otras cosas, al menos para los priístas, el que lleva una enorme ventaja en las preferencias electorales, sobre cualesquier otro aspirante a la Presidencia de la República, incluso sobre el propio Manlio Fabio Beltrones, el otro aspirante priísta.
Sin embargo, tampoco puede discutirse que Manlio le lleva una enorme ventaja a Peña Nieto, en cuanto a experiencia política y en cuanto a control de la estructura partidista. El que abiertamente se haga tal distinción, había generado una serie de especulaciones, que cada día parecían hacerse realidad y que daban a entender que el exgobernador mexiquense y el exgobernador sonorense, están juntos, en el mismo partido, pero no revueltos.
Y a propósito de revolturas, ha habido quienes, al grito de “a río revuelto, ganancia de pescadores”, se dedicaron a alimentar el supuesto de que en cualquier momento habría un rompimiento entre Manlio y Enrique. Incluso, muchos se empezaron a autollamar peñistas, pero cuidaban de deslindarse de Beltrones. Es más, daban por un hecho que si se daba el rompimiento, aventajarَan a muchos identificados con Manlio.
El evento relativo a la instalación del ConsejoPolítico Nacional del PRI, el sábado, en el auditorio Plutarco Elías Calles, sede nacional del tricolor, fue el escenario para el aceramiento entre los dos aspirantes a la candidatura presidencial por parte del Partido Revolucionario Institucional. Así lo apuntan los observadores políticos.
Los asistentes, estaban a la expectativa. El primero en llegar fue Peña Nieto. Luego lo haría Beltrones, junto con Humberto Moreira y Cristina Díaz Salazar, Presidente y Secretaria General del CEN del PRI. Peña Nieto se ubicó en primera fila. Beltrones, en el presídium, al lado derecho de Cristina.
Los cronistas políticos narran que : “…Sería el Senador priísta el primero en felicitar al exgobernador del Estado de México, por su nombramiento como consejero político nacional”.
“Beltrones –indican- se levantó de su lugar en el presídium para saludar y felicitar al exmandatario estatal, ante lo cual los consejeros se levantaron de sus asientos y aplaudieron durante varios segundos esa acción “fraterna” entre los aspriantes”. Luego bajó del presídium y fue hasta la primera fila, donde estaba Peña Nieto y le dió un abrazo al mexiquense. Con ello terminaron cualquier duda sobre posible distanciamiento entre ambos.
La crónica continua : “…Se escuchó el grito de una mujer : ¡Bien Manlio…bien Manlio, así se hace…!para luego escucharse : “unidad, unidad, unbidad”.
Se anota que : “…Minutos más tarde, cuando se decretó un receso, Peña Nieto subió al estrado para felicitar al líder de la bancada priísta en la Cámara de Senadores”. Y le regresó el abrazo.
Quizás digan o cuestionen : ¿Cuál es la trascendencia de esto ? Bueno, podría decirse que esto indica que es el PRI el primer partido en clarificar su posición ante la proximidad de la contienda electoral. El abrazo, recíproco, se interpreta como el pacto para ir juntos a la sucesión presidencial. En principio, Peña Nieto como candidato, Beltrones como operador político.
Sin duda alguna que esto genera preocupaciones entre los demás partidos políticos, que van sumamente retrazados, como lo decía hasta hace poco Vicente Fox, respecto a los panistas. Tres precandidatos, ninguno realmente con un proyecto político sólido, que sea capaz de lograr la adhesión o suma de los otros dos. Josefina Vázquez Mota, al parecer la que lleva ventaja, seguida de Santiago Creel, que parece se apunta para una segunda derrota en sus aspiraciones presidenciales y Ernesto Cordero, el “precandidato oficial”, con menos posibilidades de lograr la candidatura.
En el lado de la izquierda, las fracturas o divisionismos, no parecen tener fin. Por un lado, Andrés Manuel López Obrador, el autollamado “Presidente legítimo”, que ya tiene armada su estructura con la Morena, que seguramente será postulado por Convergencia y el Partido del Trabajo, en tanto que el PRD tiene el compromiso de postular a Marcelo Ebrard. ¡La izquierda unida, jamás será vencida”, advierten las proclamas izquierdistas. El problema es que no logran la anhelada unidad.
El abrazo de Peña Nieto y Beltrones, no significa que los priístas ya tienen libre el camino para lograr el triunfo en los comicios presidenciales del 2012. De ninguna manera. Falta aún, que las diversas fracciones priístas, las que se pronuncian como peñistas y las que se dicen beltronistas, entiendan el hecho y se decidan a darse un abrazo, si realmente aspiran a un triunfo indiscutible. Sobre todo en Baja California.
Lo más recomendable, es que unos y otros, al igual que en los demás partidos políticos, se manejen con cautela. Que no abran de más la boca, porque se pueden morder la lengua. Sobre todo, que entiendan que primero es lo primero. Que primero deben sacar la contienda presidencial y, conforme a los resultados obtenidos, ya habrá tiempo de pensar en la sucesión de la gubernatura estatal en el 2013.
Otra recomendación sería, que escojan bien a sus respectivos candidatos. Con “cartuchos quemados”, no se gana ninguna batalla.
gil_lavenants@hotmail.com
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