Por Elena Michel Enviada (El Universal)
PACHUCA, HIDALGO.- “Mis patrones” te ofrecen 50 millones de pesos, es la frase que Xóchitl Gálvez Ruiz, ex candidata a la gubernatura de Hidalgo por la alianza PAN-PRD, recuerda sobre la primera vez que el crimen organizado le ofreció financiar su campaña política.
Después de que ella rechazó el “donativo” del narcotráfico empezaron las persecuciones y amenazas: “No denuncié porque tuve miedo; tuve miedo por mis hijos”, afirma.
Sólo pidió ayuda al presidente Felipe Calderón, quien envió una camioneta blindada y una escolta de policías federales.
El “emisario” acudió a 14 mítines seguidos de Gálvez en La Huasteca. Sin armas. Al acabar uno de estos eventos públicos en Tepehuacán, “el cuate” se le acercó: “Usted puede ganar, pero necesita pagarle a los líderes”.
En un principio, Gálvez no entendió que se trataba del crimen organizado, hasta que tuvo una segunda visita en sus oficinas de Pachuca, en el contexto del asesinato del candidato del PRI en Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú.
“Yo me dije: ‘Pinche Xóchitl esto no es un juego, esto es de verdad’. Sí sabía que te juegas la vida, pero no pensé que fueran capaces de eso”.
En una entrevista con EL UNIVERSAL, la candidata que se quedó cuatro puntos abajo del PRI explica que consiguió varios apoyos en especie, como el que le pagaran las lonas o las sillas.
“Faltando dos semanas para la elección estaba como a 10 puntos del PRI, voy a la sierra y empiezo a ver un personaje que me llama la atención porque no era un sujeto como del pueblo. Tú te das cuenta de los rostros de la gente y veo a ese personaje. No sé desde dónde empezó a seguirme. Lo veo en ese evento, en otro… en otro.
“De tanto verlo me acostumbré a su presencia. Un día me lo topo de frente y me dijo: ‘Deme un minuto, yo le puedo ayudar’”. Xóchitl hace una pausa… baja el tono de su voz: “Me dijo: ‘Mis patrones me mandan, ellos dicen que la pueden ayudar económicamente, que usted puede ganar, que lo que necesita es dar despensas aquí en La Huasteca y pagar a algunos líderes’”.
Cuando le pregunto quiénes eran sus “patrones”, respondió: “No le puedo decir, sólo sé que la quieren ayudar”.
Después iniciaron las persecuciones. Pero ella ya usaba la camioneta blindada y la escolta de federales. La siguieron de Chapulhuacán hasta Zimapán, un corredor de municipios perredistas. En la gasolinera de Ixmilquilpan, Gálvez intentó confrontarlos, pero éstos se dieron a la fuga.
La ex candidata a la gubernatura los persiguió en su camioneta. El registro está en Youtube con el nombre “La persecución de Xóchitl”. Eran dos policías estatales con armas que no correspondían con su registro de portación.
A su oficina de Pachuca también llegó un “cuate como del norte”.
“El ofrecimiento fue muy claro. Tengo instrucciones de darle 50 millones de pesos, usted va muy poquitos puntos abajo —faltaba como una semana para la elección— con ese dinero yo podía comprar a todos los líderes”, le comentó el segundo emisario a Gálvez.
La hidalguense recuerda que este hombre, incluso, le enlistó los nombres de los líderes a quienes ella tenía que entregar dinero en La Huasteca y en la sierra de esta entidad.
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