Por Teresa Gurza
Algunos de los más espantosos padecimientos son los relacionados con el sueño: pesadillas, apnea, insomnio, o sueño constante.
Hay entre ellos hay uno especialmente atroz, y del que ahora me entero es muy frecuente y no grave, y consiste en despertar sin poder moverse. Me pasó eso en septiembre de 1975 en Durango, durante la gira que hacía López Portillo como parte de su campaña a la Presidencia y que yo cubría entonces para el periódico El Día. No se me olvida la fecha, porque hacía pocos días que había muerto mi padre y estaba yo muy triste y además lejos de mi familia. En fin, que esa mañana desperté como si nada; pero cuando quise levantarme, el cuerpo no me obedecía; nada me dolía, pero simplemente no podía ni hablar moverme o pedir ayuda a la recepción del hotel. Muy asustada, traté de pensar que me estaba pasando y concentrarme en mover poco a poco, aunque fuera un dedo. Transcurrió un rato que me pareció eterno, sin que pudiera conseguirlo. No volvió a sucederme nunca más; y sí lo recuerdo en estos momentos, es porque acabo de leer un correo electrónico que con un artículo sobre el tema, me envió la Clínica Alemana de Santiago de Chile. El documento se llama “cuando despertar es aterrador”; y dice que si alguien despierta y no puede moverse, pasa por una experiencia que puede ser muy angustiante y en ocasiones terrorífica. Pero que no hay porque apurarse, porque es un problema sin mayores consecuencias para la salud; y a pesar de lo desesperante que puede ser, no reviste ningún riesgo para quienes lo padecen. El doctor Leonardo Serra neurólogo del Centro de Trastornos del Sueño de Clínica Alemana, entrevistado para el artículo en cuestión, explica que es un fenómeno benigno que ocurre en la transición del dormir al despertar, y que afecta a aproximadamente una de cada 10 personas en forma esporádica. Informa luego, que normalmente, durante la etapa de sueño REM (cuando se sueña y se mueven los ojos rápidamente) nuestro cerebro está muy activo, y para poder cumplir con sus funciones "desconecta" el resto del cuerpo, exceptuando los músculos oculares y de la respiración. Que en ocasiones, se producen despertares incompletos y la mente se activa, pero no alcanza a anular esta desconexión de los músculos; y es entonces cuando se da esa parálisis del sueño. Que aunque médicamente se presenta siempre igual, la percepción del fenómeno es muy subjetiva; para algunos es una forma de viajar fuera del cuerpo y para otros una experiencia terrorífica. Y que es peor cuando a la falta de movimiento, se agregan alucinaciones hipnagógicas; que es otro fenómeno benigno del despertar y consiste en que la persona percibe ruidos ambientales, música o voces, ve cosas y tiene sensaciones táctiles. "La persona se imagina que está paralizado y que oye una voz y/o siente que lo tocan y no puede ni siquiera gritar para pedir ayuda. Es una experiencia muy desagradable", sostiene el médico. Agrega que generalmente, la parálisis del sueño dura muy pocos minutos y desaparece; y que lo mejor es volver a dormirse; pero que si el episodio está asociado a otros trastornos del sueño, lo mejor es consultar con algún especialista. Y que aunque no se conoce su causa exacta, se sabe que existen ciertos factores que influyen en su aparición, como malos hábitos de sueño y estrés; y es más frecuente entre quienes tienen horarios irregulares, se acuestan tarde y duermen.
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