miércoles, 28 de julio de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* Sordos, unos, lerdos, otros…
Por Gilberto Lavenánt
Hay un chiste por ahí, que narra la desesperación de los animales de la Barca de Noé, que deseosos de que alguien acudiera en su auxilio, le encomendaron esta tarea a la tortuga y le pideron que de inmediato fuera en busca de ayuda. Como pasaba el tiempo sin que la tortuga regresara, empezaron a decir pestes de ella. De pronto apareció la tortuga y sumamente enojada les advirtió : “…Si me siguen dicendo así, no voy”.

Esto queda, casi como “anillo al dedo”, a propósito de la caótica situación por la que atraviesan los empresarios, ante la serie de medidas centralistas que han afectado la economía fronteriza. El SIAVE, las restricciones para la importación de autos usados, aunado a las condiciones de inseguridad pública, y ahora la restricción en el manejo de dólares, en una economía de siempre dolarizada.

A esta última medida le llaman precisamente “El tiro de gracia”. El que le disparan en plena sien a un moribundo, simple y sencillamente para tener la seguridad de que habrá de morir. Agoniza, pero para que no quede duda alguna de su muerte, a quemarropa le disparan.

Desesperados, porque en vano han sido las gestiones para resolver esto de buena manera, los empresarios, afiliados a la Coparmex, Confederación Patronal de la República Mexicana, iniciaron una campaña de protesta y reclamo al respecto, colocando enormes carteleras con la leyenda : “S.O.S., El control de dólares tiro de gracia para Tijuana”.

A través de diversos mediadores, lograron entrevistas con funcionarios de la Secretaria de Hacienda, sin éxito alguno. Apenas si obtuvieron la promesa de que se haría un estudio. En su desesperación, desconcertados, como ocurre con las historias de “El chapulín colorado”, cuestionaban : “…y ahora, quien podrá defendernos”, cuando de pronto apareció, “raudo y veloz”, el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán.

Sin el traje rojo y las antenitas de vinil del pintoresco personaje, ni mucho menos con el clásico martillo chipocludo, para aporrear a quienes han dado tan mal trato a los bajacalifornianos, y en especial a los tijuanenses, Osuna Millán muestra su enojo por ello y advierte que todo ha sido un diálogo de sordos.

Esto ocurrió allá en Ensenada. El Gobernador dijo estar convencido de que el diálogo es la única vía para zanjar cualquier diferencia, pero que también está convencido de que la única manera de dialogar es que haya un emisor y un receptor del mensaje, dispuestos a hacerlo, “…y lo que hemos encontrado es que ese receptor, que no es otro que la burocracia federal, ofrece solo un diálogo de sordos”.

Y explica esto : “…En el trato con el Centro los bajacalifornianos hemos pasado del : “te atiendo, pero no te entiendo”, al “te escucho, pero me impongo”, o al “te escucho, pero no te ayudo”, a la vez que advierte que “…No basta con escuchar los problemas, es hora de resolverlos”.

Enojado, pero no tonto. Osuna Millán tiene el cuidado, o precaución, de salvar de esta crítica y reclamo al Presidente Calderón, observando que éste “…entiende y comprende nuestros problemas, pero sus colaboradores, eso que llamamos la burocracia federal, no han aprendido a interpretarlo y solo atoran las soluciones”.O sea… ¿entiende, pero no entiende?

Y como diciendo un ¡ ya basta!, señala tajante que “…La provincia mexicana ya se cansó de este trato y, en forma respetuosa pero enérgica exige ahora un trato justo, que no es otra cosa que lo que se vaya a decidir y que impacte en nuestra región se nos consulte antes de instrumentarlo”, al tiempo que observa que “…“A los burócratas del Centro se les olvida una regla de oro en la nueva política mexicana: ellos proponen, pero en la provincia, nosotros somos los que disponemos”. ¿Entonces, qué es lo que disponemos, en este caso?

Cualquiera podría pensar que, enojado como estaba, de inmediato convocaría a los afectados a una reunion de emergencia, en la que se adoptaran medidas mucho más firmes, contundentes y enérgicas, que la simple colocación de carteleras con el “S.O.S.”. Pero…nada pasó, luego del desahogo, Osuna Millán solo dijo que buscaría acuerdos, entrevistas, estudios. Igualito que como la tortuga del cuento : “si me siguen diciendo así, no voy”. De ahí pues eso de que…sordos, unos, lerdos, otros...

A los empresarios, ya les dieron el “tiro de gracia”, ya están resintiendo los efectos del control de dólares. Y aunque no dicen que el Gobernador los ha dejado solos, lo piensan. Quizás alguien por ahí cuestione, que entonces ¿para qué la amistad con el Presidente Calderón? ¿para qué los Blake Mora? ¿para qué los Torres Torres? ¿para qué los Osuna Jaime y demás? si Calderón no escucha, ni atiende a los bajacalifornianos.

Como en el caso de la tortuga, esa del chiste del Arca de Noé, dicho con todo respeto, el Gobernador, iracundo, pero lento, parece decir : “si me siguen diciendo así, no voy, no voy a hablar con mi amigo Felipe. Nada más no voy”.

Unos sordos, allá en el centro del país, y otros lerdos, aquí en Baja California. Así nada más no se puede. Aunque parezca exageración, al paso que vamos –con la prisa de las tortugas-
puede darse el hecho de ver a bajacalifornianos en las banquetas de ciudades californianas, con lentes oscuros y un tarro en la mano, con un letrero, suplicando: “una ayuda para este pobre ciego”.

El “S.O.S.”, es un llamado de auxilio, urgente. Las urgencias, no son la especialidad de las tortugas. Tampoco bastan los desahogos a 3 mil kilómetros de distancia. Vamos a la capital, a decirle al Presidente Calderón, de frente, en su cara, lo que está pasando en Baja California. A transmitirle el S.O.S. de los empresarios. A decirle que aquí no funcionan los “diálogos de sordo”. De buena manera. Y si no entiende, exigir con energía. Ese es el papel de un Gobernador, como jefe político de la entidad que supuestamente gobierna.
gil_lavenant@hotmail.com

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