Por Lic. Agustin Rangugni
Muchos años atrás, Martín Luther King y John Fitzgerald Kennedy agitaron profundamente la política y la conciencia de sus conciudadanos, haciendo vibrar a toda una generación de jóvenes norteamericanos con su propia e idealista lectura del sueño de Walt Whitman, el gran poeta de la libertad y la democracia: el de la igualdad social y racial.
El problema es que la cuestión de la raza y el racismo tiene muchos matices en este país, y es como un sol que muchos intentan tapar con el dedo. Ambas campañas intentan evadir la discusión racial a toda costa, aunque saben que en el fondo el tema del color de la piel ha marcado a muchos electores, de una u otra manera.
Adentrados en el siglo XXI, la raza continúa siendo un tema complicado y muy sensible en los EE.UU. Las estadísticas hablan claramente sobre la división racial en este país: entre los condenados a muerte los afroamericanos son mayoría; los niños que mueren son principalmente negros; los jóvenes afroamericanos dejan la escuela más pronto que los blancos, y la expectativa de vida es menor para esa comunidad.
Para muchos ciudadanos norteamericanos y del resto del mundo, aquel sueño ha
vuelto a andar con Barak Obama que ha llegado a la carrera presidencial tras
disputar una dura batalla con Hillary Clinton que contaba inicialmente con el
apoyo del aparato del partido.
Un político carismático, visionario y persuasivo, como el joven legislador por Illinois de 47 años, es el candidato post racial que ha cambiado para siempre la forma de hacer política en los Estados Unidos, y que ofrece un proyecto reformista e integrador capaz de inspirar confianza en el futuro a una sociedad dividida como nunca antes en su historia, por una guerra que él rechazó y que ejemplifica dramáticamente el fracaso de la política de confrontación militar frente al ejercicio de la política y la diplomacia.
Obama reiteró su oposición a la guerra en Irak desde el comienzo de la invasión norteamericana en 2003 y dijo que la guerra debe terminar con una retirada de tropas en 16 meses, pero también enfatizó que Estados Unidos debe concentrar sus recursos militares en Afganistán en donde, según su visión, se encuentra el principal foco de amenaza.
Obama aboga por un multilateralismo renovado que permita hacer frente a los nuevos desafíos planetarios y defiende apasionadamente su idea de patriotismo responsable capaz de restaurar el legado histórico destruido en los últimos años.
La globalización -piensa-, tan rica de paradojas, convierte en ilusoria cualquier pretensión de uní lateralismo.
Obama, calificado de "inexperto" o "inocente" por los republicanos cuando presentó la idea sobre la forma de lidiar con líderes opuestos a Estados Unidos como el presidente Iraní, Mahmud Ahjmadinejad, o el presidente venezolano Hugo Chávez, durante los debates para las primarias demócratas, explicó exactamente su postura: "no podemos esperar resolver todos los problemas antes de dialogar", sostuvo, y reiteró que primero propiciaría reuniones diplomáticas de menor nivel que citas presidenciales.
“Obama es alguien que ve a Estados Unidos, parece, como algo tan imperfecto, que anda juntándose con terroristas que apuntarían contra su propio país”, denunciaría luego, la candidata a vice Sarah Palín, conocida como la Pitbull con pintalabios y decidida a contar a los estadounidenses “quien es realmente Barak Obama”, en referencia a la relación que mantuvo mientras vivía en Chicago, con William Ayers, quien fue líder de la Weather Underground, una organización que impulsó una corta e irregular campaña violenta contra el gobierno de los EE.UU. en la década de los 60.
Obama que alienta a la superación de las diferencias y las dificultades desde la confianza en la democracia parece condicionado a hablar sobre el futuro porque en su pasado no hay mucho que permita pensar en su capacidad como jefe del Poder Ejecutivo y todo lo que eso implica.
En el plano económico, y en el marco de la crisis que vive el país, Obama ha dicho que su plan fiscal reducirá los impuestos al 95% de los estadounidenses que trabajan, y que sólo los aumentará a las familias que ganen más de 250.000 dólares al año.
El candidato presidencial republicano John McCain acusó a su rival demócrata Barak Obama de defender un enfoque socialista de la economía, al proponer reducciones y reintegros fiscales que meramente redistribuirán la riqueza, en lugar de crearla.
“Elevarle los impuestos a algunos para darle cheques a otros no es una reducción fiscal, es otra forma de beneficencia social por parte del gobierno", agregó.
McCain habla de mantener los impuestos bajos o rebajar los impuestos para las pequeñas empresas", en alusión a los dos millones de pequeños negocios operados por hispanos que existen en el país.
No es de sorprenderse que cuando Obama sube en las encuestas, más baja cae la bolsa de valores en Nueva York.
El último candidato demócrata que ganó en Carolina del Norte fue Jimmy Carter en 1976, cuando los republicanos se reponían de la dimisión del presidente Richard Nixon tras el escándalo Watergate.
Virginia no ha votado a favor de un candidato presidencial demócrata desde 1964, cuando triunfó el presidente Lyndon B. Johnson.
Los sondeos de opinión indican que Obama ha ganado terreno el último mes en Carolina del Norte y Virginia.
Empero, pese a su ventaja sustancial en los sondeos de opinión a 18 días de los comicios del 4 de noviembre, Obama advirtió el viernes a sus partidarios en Virginia que no se confíen.
Mientras, McCain les aseguró a los seis mil asistentes cuando visitó la Universidad Internacional de la Florida (FIU, sus siglas en inglés) -la mayoría de origen hispano-, que a pesar de marchar rezagado en los sondeos, los resultados darán una vuelta en los últimos 18 días de su campaña.
“Si soy electo Presidente, vamos a parar de entregarles miles de millones de dólares a países que no nos quieren, como a Hugo Chávez de Venezuela,” aseguró.
“Tengo un plan para los jubilados y para quienes se acercan a la jubilación, para que reconstruyan sus ahorros. Voy a trabajar con ambos partidos para recomponer el Seguro Social y para que los jubilados reciban los beneficios que se merecen”.
En cuanto al rescate financiero de $700,000 millones, afirmó que no terminarán en las manos de banqueros y corredores de bolsa de Wall Street, quienes “tienen la culpa de este desastre’’.
Y en un claro mensaje a la comunidad cubana expreso, “Cuando sea Presidente voy a presionar al gobierno cubano para que libere a su gente… no me reuniré con los hermanos Castro mientras mantengan prisioneros políticos. El día de una Cuba libre llegará,” aseguro McCain, aplaudido por –entre otros- el senador Mel Martínez, el ex gobernador Jeb Bush y el gobernador Charlie Crist.
“Una sociedad que va adquiriendo conciencia de encaminarse a un mundo post-americano y a un declive gradual de su papel de potencia hegemónica en lo político, lo económico y lo cultural, frente a la inevitable realidad de las nuevas potencias emergentes y de las viejas renacientes, busca al lider que salga al encuentro de los nuevos retos y muestre que la superación es posible”.
Presidente de Radio Miami Int’l. (www.radiomiami.us)
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