Por Julio Pomar
Por esta ocasión, hablemos de pan, no del PAN, que aburre con sus prepotencias, altanerías e inconsecuencias. Hablemos de pan de caja. Pan de la marca Bimbo. De la empresa que regentea y de la cual es dueño Lorenzo Servitje Sendra, quien actualmente cuenta con 90 años de edad. Es un prócer vivo, pues, de la empresa privada. Sigue trabajando al frente de su negocio porque, dice, se aburriría de no hacerlo, de haberse retirado, aunque uno de sus sucesores lleva a cabo la tarea pesada de dirección del consorcio monopólico, pues eso es. Su empresa acapara más del 95 por ciento del mercado del pan de caja --en rebanadas empaquetadas-- en México, así como porciones sustanciales en California y Texas, EU, así como de Perú y Chile, en el Cono Sur, además de España. Y lo mismo en pan dulce (98%) y pastelitos (99%). En cualquier tienda o supermercado mexicano prácticamente sólo se encuentra pan Bimbo, y casi no de otras marcas. Virtualmente no hay sandwich posible sin pan Bimbo.
Además de ello, Servitje se distingue por varias cosas. Por su participación abierta en las últimas contiendas electorales, no como candidato sino apoyando a candidatos que de ninguna manera sean de izquierda ni de centro, sino sólo de derecha. En la anterior campaña preelectoral apoyó con dinero y propaganda la candidatura panista del actual secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, quien perdió frente a Felipe Calderón Hinojosa en la interna del PAN, pero obtuvo como compensación ese cargo en el gabinete felipista, tras haber sido el primer gobernador panista de Jalisco, después del derrumbe priísta en la entidad, y a quien las agrupaciones de campesinos y agricultores acusan de incompetente e inepto para el cargo por no saber que hacer con el tremendo paquete agrícola y pecuario de México.
Naturalmente, es sabido que si Servitje no apoyó ostensiblemente la candidatura de Calderón Hinojosa, ya en la contienda presidencial, cuando menos no la obstruyó, aunque se pudo observar que de todos modos contribuyó con fuertes cantidades de recursos económicos para derrotar en los medios a Andrés Manuel López Obrador, de izquierda, y para no dejar llegar a Roberto Madrazo, del PRI.
También se ha distinguido por ser legionario de Cristo, esa organización prima del Opus Dei, casi un Yunque pero no “naco”, sino empresarial. Un caso digno de análisis en el aspecto político es el de Servitje, pues muestra cómo el sector empresario más poderoso y “triunfador” se inclina invariablemente a apoyar opciones de derecha, en este caso determinado por una militancia activa en los Legionarios de Cristo, organización a la que también profesa militancia Marta Sahagún Jiménez, cuyo actual esposo cobró seis años como presidente de México, Vicente Fox Quesada, ex funcionario de la Cocacola, enriquecidos ambos a niveles de Cresos nativos, junto con los hermanos Bribiesca Sahagún, vástagos de la señora Marta.
La empresa Bimbo ha sido acusada recientemente de engañar a su público consumidor. Dicho rápidamente, no venden lo que anuncian, sino algo de mucha menor calidad, que no nutre pero engorda, y es causa de obesidad, empeño en el que México --¡por fin alguna medalla!-- alcanza un segundo lugar mundial, sólo después de Estados Unidos. Tres agrupaciones de consumidores, de Chile, Perú y México, han denunciado a Bimbo por engaño. Ellas son la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios, la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile y la mexicana El Poder del Consumidor (EPC). La organización mexicana EPC ha elaborado una denuncia contra Bimbo para ser presentada ante la Procuraduría Federal del Consumidor, según publica la revista CONSULTA MÉDICA en su número de junio, dirigida por el respetado y probo periodista Víctor Manuel Cázares Nava.
El engaño consiste en que “en medio de la epidemia de sobrepeso y obesidad que viven nuestros países, especialmente México, donde una de las recomendaciones centrales para mejorar los deteriorados hábitos alimenticios, es el consumo de productos con base en harinas integrales (productos a los que llaman de “pan integral”) que dicen contener harina integral (pero) que en realidad están elaborados con harina refinada, no sólo representa un engaño al consumidor, sino también una afrenta a su decisión de llevar una dieta más sana”, según declaró el 29 de enero de este año Alejandro Calvillo, director de EPC de México, a CONSULTA MÉDICA. Entre las marcas que vende Bimbo destacan Pan Integral Bimbo, Pan Integral Wonder y Pan Integral Oroweat.
Así, mientras en España Bimbo sí utiliza como ingrediente de sus panes “integrales” la harina integral, en cambio en Perú, Chile y México usa la harina refinada “adicionada” y coloreada con tono de caramelo, según lo cual si fuera harina integral no tendría por qué estar “adicionada”, ya que la normatividad de salud exige únicamente la adición en el caso de la harina refinada o blanca. Asimismo, el pan Bimbo en España contiene entre 6.5% y 12.3 de fibra; en México entre 5.3% y 7.9%, en Perú apenas contiene entre 0.8% y 2.7% y en Chile sólo 3.8% de la misma fibra.
Añade finalmente el estudio de la EPC de México: “El engaño en la comercialización de un producto como el pan integral tiene consecuencias especialmente negativas para aquellos consumidores que presentan alguna enfermedad y que han recibido la recomendación de consumir productos elaborados a partir de harina integral y no de harina refinada. De especial cuidado son los diabéticos que en nuestro país son 10 millones de personas, el 8% de la población”.
Y frente a eso, de la Secretaría de Salud de México sale el mensaje paradójico de una gran campaña mediática, con pingües recursos para publicidad --de tamaño similar a la campaña en radio, TV y prensa a favor de la privatización de Pemex-- para luchar contra el flagelo de la obesidad, en lo que México le disputa la medalla de oro a EU. Lo cual parece ser (y lo que parece, es) una tapadera oficial, de derecha naturalmente, de las realidades que muestra Bimbo, de derecha naturalmente, con sus engañifas a los consumidores.
pojulio2@gmail.com.
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