lunes, 11 de junio de 2018

Expediente Político: Se puede querer, pero no ganar

Por Alfredo Calva.
La carencia de capacidad y empaque político de los aspirantes a llegar a la cámara baja del Congreso de la Unión, por las alianzas electorales denominadas Juntos haremos Historia y Unidos por México, Héctor Cruz Aparicio y Mario Madrigal Silva, respectivamente, no les permite delisiduir que el hecho de querer ser diputados, no significa que podrán ganar la elección.

Cargando con la lapidas partidistas de Encuentro Social y del Revolucionario Institucional, ambos personajes buscan a toda costa y a través de cualquier estrategia convencer a los electores del VIII distrito, para que el próximo primero de Julio les regalen sus sufragios, ofertando a cambio de ello, lo que no pueden cumplir, y lo que es peor, lo que no tienen, honradez y transparencia.
Mario Madrigal, es un junior de la política que se encuentra en la posición de candidato gracias a los oficios de su padre del mismo nombre y quien es el eterno dirigente de los trabajadores de los casinos de grupo Caliente, y de su padrino el zar del juego y ex alcalde de Tijuana, Jorge Hank Rhon, quien realizo un gobierno que todos los tijuanenses quisieran olvidar.
La mejor cualidad de este “puberto” de la política priísta es, que al igual que a otros jóvenes cuyos progenitores son actores con trascendencia en la actividad política de la entidad, esperan y confían en que sus ancestros les consigan empleos en la administración pública o candidaturas a cargos de elección popular, sin importar que no estén capacitados, reúnan el perfil y tengan experiencia para desarrollar la función que les obtienen, no importa el capricho, para eso está “papi" o los padrinos, para conseguírselos.
Esta aberración política del PRI reflejada en la candidatura de Madrigal Silva, su la falta de talentos dentro de su equipo de colaboradores para desarrollar una encomienda como la conquistada por “Papi" para satisfacer su capricho, aunado a su escasa capacidad y empaque político, han contribuido a que el electorado del VIII distrito le muestre indiferencia y hasta resquemor, al ver en el “imberbe" tricolor dos marcas que repudian, el PRI y Enrique Peña Nieto.
Su campaña electoral no ha trascendido, no ha impactado en el electorado del distrito y son tan deficientes e insustanciales las propuestas que viene presentando, que es por lo que se entiende que se encuentre colocado en un lejano tercer sitio, lugar del que ya no salió, ni con la compañía de Jorge Hank Rhon en los que le preparan sus subordinados.
Por lo que se refiere a Héctor Cruz Aparicio, éste al igual que Madrigal Silva, utiliza en su máxima expresión la figura del ya también corrompido por las mieles de la política, Julián Leyzaola Pérez, militar en situación de retiro y ex candidato a la alcaldía de Tijuana, quien siempre criticó a los políticos por sus incongruencias y corruptelas y terminó en el mismo foso que ellos, aderezando sus eventos y peroratas a los electores con los psicóticos evangelios que el Mesías redentor de su candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, va esparciendo a lo largo y ancho del país.
Intentando con estos escudos desviar la atención de los ciudadanos de su persona e imagen pública que guarda,  la de un funcionario corrupto, cree que los residentes del VIII distrito electoral, ya olvidaron su participación como director de responsabilidades en la Sindicatura Municipal en la administración de Jorge Astiazarán Orcí, cuando encubrió y protegió a Rubén Salazar que se desempeñaba como asesor del Síndico Procurador, Arturo Ledezma Romo, y a Joel Guajardo, quien ocupaba la cartera de Sindico Contralor, quienes fueron denunciados por el propio alcalde Astiazarán Orcí, en el mes de Marzo del 2014, de haber intentado extorsionarlo, al exigirle bajo amenaza de Salazar y Guajardo, que tenía que compartir con su jefe el Síndico, el cincuenta por ciento de los 80 millones de dólares, que por año ingresan ilegalmente al gobierno municipal.
Lo que derivó en la denuncia pública de Astiazarán Orcí y debido al escándalo que esto generó, Ledezma Romo se vio en la necesidad de darlos de baja de la administración, y Héctor Cruz de protegerlos para que no se les fincara responsabilidad alguna por esa acción de corrupción.
O que decir del manto protector hacia los concesionarios de arrastre y almacenamiento de vehículos, a quienes permitió el desvalijamiento y robo de auto partes en perjuicio de los ciudadanos sin que llevara a efecto acciones punitivas en contra de los concesionarios, protección que redituó pingües ganancias a él y su jefe, el Síndico Procurador.
Y, de lo que están hartos los ciudadanos y sus futuros electores es de funcionarios y políticos  corruptos, y los residentes del VIII distrito electoral conocen su andar en la administración pública, por lo que no lo aceptan y el rechazo es generalizado.
Es por ello, que Mario Madrigal Silva y Héctor  Cruz Aparicio, no han encajado en la preferencia de los residentes del VIII distrito y a veintiún días de la elección, los ciudadanos no ven ellos una opción capaz y digna que los represente en el Congreso de la Unión.
Así que hasta el momento, por mucho que lo quieran Madrigal y Cruz, no ganarán la curul ambicionada.

Y mientras tanto….
La ausencia del candidato al senado por Morena, Jaime Bonilla Valdez, a los debates a que ha sido invitado, incluido el del INE, no es por miedo a sus oponentes, es por el desconocimiento de los temas y por ende, a su incapacidad para hilvanar tres frases seguidas y coherentes. 

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