Está por terminar octubre, mes elegido por la Organización Mundial de la Salud para recordarnos que el cáncer de mama es curable, si se detecta a tiempo.
Desgraciadamente el 70 por ciento de los 20 mil nuevos casos que se descubren en México cada año, llegan al médico en etapas tardías; es por eso, la primera causa de mortalidad en las mujeres mexicanas y se ha convertido en un problema de salud pública.
Por afectar a toda la familia, la lucha contra este tipo de cáncer debiera ser de todos y no solo de las mujeres.
Y a eso es a lo que llaman, los moñitos color de rosa que en este mes vemos en muchas partes; y que son símbolo internacional de todos los comprometidos a luchar por la prevención de este cáncer y el apoyo a las mujeres que lo padecen.
Estos listoncitos fueron usados por primera vez en Nueva York en 1991, por los participantes en una carrera organizada por la Fundación Susan G. Komen; que hoy tiene más de 75 mil voluntarios y fue fundada en 1982 por Nancy Brinker, en memoria de su hermana muerta por cáncer de mama a los 36 años.
Desde entonces cada octubre en todo el mundo se organizan maratones, se tiñen de rosa calles y construcciones, y se hacen simposios médicos para analizar los avances en el tratamiento.
Datos del Instituto Nacional de Cancerología, indican que el cáncer de mama se ha incrementado en México casi un 30 por ciento, en los últimos años; que la mayoría llega al médico en etapas casi terminales, y que mueren 16 mujeres cada día.
Y los especialistas advierten que las mexicanas estamos más expuestas a padecer este cáncer a menores edades, porque empezamos a menstruar más jóvenes; y que aunque padecer cáncer de mama no es frecuente antes de los 30 años, cuando ocurre es más agresivo y requiere de tratamientos más invasivos.
Aún no se conocen con precisión las causas que lo detonan, por lo que detectarlo lo antes posible sigue siendo la herramienta más importante para curarlo.
Y para ello, la OMS recomienda la autoexploración y la mastografía; y reitero aquí lo que he escrito otros años, porque pese a que uno de los principales factores de riesgo es la edad y a que lo óptimo es descubrir el tumor por exámenes imagenológicos, el IMSS no lo entiende, y los niega a las derechohabientes mayores de 69 años aún y cuando tengan además de la edad, otros factores de riesgo, como son los genéticos.
Estos factores adquieren cada día más importancia, por lo que el médico debe saber desde antes de iniciar los exámenes, si la paciente es portadora de una mutación que se trasmite de generación en generación; y explican que el 70 por ciento de los casos no son por herencia, pero es más probable padecerlo si lo tuvieron la madre o las hermanas.
Sea o no por herencia, la curación es más probable si el diagnóstico es temprano; lo que en México sólo ocurre en el 10 por ciento de los diagnósticos; mientras que el 80 por ciento, acude a consulta en etapas avanzadas.
Hay que recordar, que el cáncer de mama no es privativo de las mujeres; también los hombres pueden desarrollarlo y heredarlo; y como ellos no se hacen controles mamográficos de rutina, se les detecta en etapas más tardías y es menos probable la curación.
Pero independientemente de la edad y del sexo, siempre el pronóstico será mejor si la enfermedad es tratada en sus inicios; antes de que haya ganglios axilares comprometidos y metástasis.
Entre los puntos a recordar, están los siguientes:
Si hubo cáncer en una de las mamas, es muy probable que se presente en la otra.
El uso de anticonceptivos no aumenta el riesgo; pero no es recomendable embarazarse después de haberlo padecido.
La ingesta excesiva de alcohol, el no haber tenido hijos o si los tuvo no haberlos amamantado y la exposición prolongada a altas dosis de estrógenos, son factores de riesgo.
Son factores protectores, consumir poco alcohol y carnes rojas, hacer ejercicio periódicamente, no fumar y tener peso adecuado.
Y síntomas de alerta, la retracción de la piel, sangramiento por el pezón, tumor palpable y dolor mamario.
Actualmente, el cáncer de mama se puede tratar con cirugía, radioterapia, quimioterapia y fármacos; y en términos generales y hasta la etapa II, la curación es superior al 90 por ciento.
Así que, por favor, chéquese.
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