sábado, 14 de enero de 2017

Rosarito Blues: Engaño (mezquinos fraccionadores prefieren pagar simbólicas multas a las autoridades)

Por Gerardo Díaz Valles

Cada que los pronósticos del clima anuncian lluvias, mañosamente los operarios representantes de media docena de fraccionamientos levantados en la zona limítrofe en Tijuana sobre la parte alta con Rosarito y para mayor seña sobre el Bulevar 2000 mañosamente abren las compuertas de sus incipientes y pestilentes lagunas de oxidación para dejarlas correr sin ser multados buscando que sus aguas negras se confundan.
En el agua de lluvia. Tal partir y como lo vienen haciendo por casi diez años, miles y miles de metros cúbicos de aguas negras, aguas residuales o de drenaje sin tratar son vertidos impune y criminalmente sobre los cañones abajo, principalmente el Huahuatay y el histórico cañón Rosarito que en teoría, y sólo en teoría, está protegido ambientalmente de estos abusos. Nada más alejado de la realidad como lo han denunciado hasta el cansancio rancheros y productores rurales del Quinto Municipio, entre ellos don Bernabé Hernández Armas, Rosario Castillo y el Veterinario Francisco Ayala. La triste realidad es que ninguna autoridad, federal o estatal se ponen de acuerdo para poner un "hasta aquí" al problema, pese a las eternas promesas de los gobernadores José Guadalupe Osuna Mullan y el actual Francisco Vega de La Madrid, al parecer más ocupados en atender sus intereses personales y de grupo, que remediar esta grave y permanente contaminación de aguas y subsuelo en detrimento de miles de personas que ven en riesgo su calidad de vida futura. Sobre esto hablamos el año pasado con el Doctor Leopoldo Jiménez, titular de la Comisión para la Prevención de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) de la Secretaria de Salud en el estado quien aseguraba que ya se tenía una solución integral de este añejo problema y que en breve Vega de Lamadrid lo daría a conocer. El tiempo avanza paralelo a la contaminación y a la indolencia o de plano la descarada complicidad de las autoridades o los malos gobiernos. Pues esta visto que los mezquinos fraccionadores prefieren pagar simbólicas multas a las autoridades, que respetar la normatividad para activar en forma sus plantas tratadoras de aguas negras a las que en teoría están obligadas a operar por cada fraccionamiento. Es por ello que cada que viene la lluvia un enorme río de aguas negras corre aún antes de que llueva. directo a Rosarito para matar o acabar poco a poco con la riqueza natural en nuestros cañones y costas. Hasta cuándo señor Gobernador? Hasta cuándo?.

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