domingo, 11 de diciembre de 2016

En Rosarito, ediles de oposición exhiben su “hambre”

* Con la excepción del regidor de Morena, Julio García Serna……
Por Alfredo Calva

Los ediles de oposición mostraron su “hambre”, a lo que llegaron al cabildo, a comercializar su voto a fin de conseguir las mayores y sustanciales ganancias fuera de su dieta asignada para su beneficio personal, aunque su sufragio fomente e impulse políticas de degradación y perjuicio de quienes les pagan su salario, los rosaritenses.
Mario Hernández Martínez de MC, Manuel Salazar Martínez, quien arribo al VII Ayuntamiento por la vía independiente, Claudia Araujo Luevano del PRI y Elías Mendoza Rojas del PBC, con cinismo y satisfechos de haber sido retribuidos a satisfacción, dieron su “a favor” a la propuesta presentada por la alcaldesa de Ley de Egresos.
En contra sentido, el regidor Julio García Serna, representante en el cuerpo edilicio de Morena, en un acto de congruencia y sensibilidad social, votó en contra de la propuesta de la Ley de Egresos por no estar de acuerdo en que la alcaldesa Mirna Rincón, Directores, Oficial Mayor y Tesorero, tengan un incremento salarial de un 30 al 40 por ciento, quedando de la siguiente manera: alcaldía de 62 mil a 85 mil pesos al mes; directores, de 25 mil a 35 mil pesos; Tesorero, de 40 mil a 55 mil pesos y oficialía mayor, de 38 mil a 40 mil pesos.
Este asalto a las arcas municipales por parte de la mayoría de los integrantes del cabildo través de su voto, representa un golpe al bienestar de los ciudadanos del quinto municipio que con sacrificios y con un aumento a sus salarios de 7 pesos al día, lo que representa en porcentual el diez por ciento a sus emolumentos, cumplen cabalmente con el pago de sus obligaciones arancelarias, con las cuales se cubren los salarios de los funcionarios municipales.
De esta comercialización de votos por prebendas entre regidores y el ejecutivo, se vuelve a dar certeza a lo que la mayoría de los ciudadanos piensa de la clase política, son oportunistas que ven en esa suerte de arribar a la administración pública, con el único objetivo de ganar lo que en la actividad que desarrollaban antes de ser funcionarios públicos, de elección o designación, nunca obtendrían dada su mediocridad.
Y, bajo ese esquema, los regidores Mario Hernández de Movimiento Ciudadano y Manuel Salazar, el independiente, intentaron mostrar una fingida indignación por el incremento salarial al manifestar a la hora de emitir su sufragio, con falaz tribulación, “que votaban a favor, pero no estaban de acuerdo con los aumentos a los salarios”, y agregaron, “que no estaban de acuerdo con las formas con las cuales desarrollaron los trabajos ahí tratados”.
El posicionamiento de ambos personajes solo generó entre los asistentes burlas y críticas denostativas, y alguien sardónicamente expreso, “no cabe duda, la hipocresía es el arte de amordazar la dignidad”.

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